Manuel Stazionati

Manuel Stazionati nació en Allen en 1932. Su mamá era española y su papá italiano: “Trabajaba en un tambo en Fernández Oro y ella iba a buscar la leche a la mañana”, recuerda, “así se conocieron" (Entrevista de 2010)

Manuel Stazionati

Manuel Stazionati nació en Allen en 1932. Su mamá era española y su papá italiano: “trabajaba en un tambo en Fernández Oro y ella iba a buscar la leche a la mañana”, recuerda, “así se conocieron. En el ‘30 se casaron y se vinieron a vivir a la chacra, que yo todavía tengo. Allí nacimos nosotros”. Su mamá murió cuando él tenía unos 5 años. Manuel era el mayor de cuatro hermanos y se criaron con su padre, trabajando junto a él. La chacra son unas cinco hectáreas y ¼ de peras y manzanas, que pudo reconvertir con mucho esfuerzo. Hoy tiene más peras que manzanas.

Manuel fue ala Escuela79, de allí se acuerda de su primera maestra, Angélica, una mendocina que se venía de Roca a dar clases a Allen. Después, pudo pasar a la 23 y cuenta que “concurrían muchos niños, la vida en el pueblo era monótona, no había mucho para hacer y yo tenía una vida difícil después de la muerte de mamá, así que me fui a Covunco. Tenía apenas unos 12 años y me enganché en la banda militar, ¿te imaginas con 12 años vestido de militar?”, pregunta, más a sí mismo que a su interlocutor, “Aprendí a tocar el tambor y estuve allí casi tres años”.

Cuando Manuel volvió a Allen se unió a la banda municipal: “estuvimos tocando como 35 años. Yo aprendí mejor con el maestro José Lamerica, un siciliano que enseñó y fue director de bandas en la región”. Con la banda acompañaban los actos patrios, las fiestas patronales, daban retretas en la plaza los domingos. La gente los escuchaba mientras paseaba. “Tocábamos música sinfónica, ópera, que a mí me encanta y siempre que puedo escucho”, dice Manuel, “también se tocaban tangos y pasodoble, como ‘El gallito’, que es viejísimo. Íbamos a las fiestas en el cine Lisboa o en el Hotel España, tocábamos el himno para recibir las fiestas patrias en el Lisboa y en el cine San Martín, más tarde”.

Para el 25° aniversario de Allen desfilaron con los soldados, frente a todas las autoridades locales y la gente del pueblo. “Allen era el único pueblo con banda y éramos todos muy jovencitos”, cuenta, “la Municipalidad, cuando estaba a cargo de Diego P. Pearson, había comprado los instrumentos, teníamos clarinete, saxofón, trombón, bajo, batería, todo. Cuando estaba en el gobierno Genaro Rodríguez decidió destinar 300 pesos a cada uno y así pudimos salir a tocar a otros lados. Ensayábamos los martes y viernes. Los que adoraban a la banda eran don Mariani y Monseñor Borgatti, se extasiaban viéndonos”, recuerda orgulloso.

 La banda municipal estaba compuesta por Carlos y Américo Santamaría, Ítalo Verdinelli, Jaime Tur, Isaac Skop, José Ávila, Alberto Borocci, Meir Serfaty, Horacio Duarte, Eduardo Svampa, Juan y Valentín Scagliotti, Ignacio J. Tort, José, Juan y Victor Soto, Juan Carlos Tarifa, Luis Genga, Santiago Lavaccara, Pedro Contreras, Lorenzo Muñoz, Miguel y Carlos Martinez, Oscar Aguirre, Argentino Ramos, Adolfo Pérez, Carlos Fuentes, Pedro Martínez, Alberto Hadad, Emilio Ibarra, Agustín Ferriccioni, Rodolfo Dermit y otros que iban ingresando a medida que algunos dejaban el grupo.

Libro "Banda de música" 9 de julio de 1943 - 25 de noviembre 1961: VER AQUÍ

Lamentablemente, hacia 1961 la banda municipal desapareció. Manuel dijo que fue porque “ya no se podía mantener, los instrumentos se perdieron y estropearon, así que dejamos de tocar. Tampoco hubo renovación de los músicos. Después me metí también en la murga “Abran cancha”, yo tocaba el tambor”.

Pero en 1949, las cosas no andaban muy bien en la chacra y entonces decidió meterse en la marina. “Estuve 5 años y 4 meses hasta el ‘55, en que me casé”, explica  Manuel, “Salí como Marinero 1° Maquinista. Cursé en Buenos Aires, en la Fragata Sarmiento y después continué en Puerto Belgrano, en Bahía Blanca. Por eso después hice la gestión para apadrinarla Escuela 222”.

En la Marina, Manuel se hizo amigo de 3 jóvenes de otras provincias con quienes ha sido, durante muchos años, compañero inseparable: “andábamos juntos de día y de noche. Había jóvenes de todos lados, aunque el único del sur era yo, los demás todos eran del norte del país. En la Marina pude viajar a Chile, la Antártida, Ushuaia, navegué todos los canales fueguinos. Y te voy a hacer una confesión: nunca aprendí a nadar, nos llevaron a nadar y como te tomaban en agua salada flotabas así que pasé.¡Igual siempre andábamos con chaleco salvavidas!”, cuenta divertido por la ironía de un marinero que no sabe nadar.

Igual, Manuel venía seguido al pueblo: “cada 30 días de trabajo 12 días de licencia”. Así, un día conoció a su esposa, Elvira Ávila, en una despedida a los conscriptos clase ‘33 en el galpón de Gurtubay. Charlaron y se pusieron de novio, “a pesar de que el padre era bravo, la tenía cortita”. “Yo tenía 22 años y como el sueldo dela Marinaera poco, decidí volverme y trabajar la chacra”, relata el enamorado, “ella me ayudó muchísimo en la chacra, a curar, a manejar el tractor, de todo hizo”.

A los 10 meses de casados llegó su primer hijo, Jorge, y más tarde, Hilario, más conocido como “Toti”, y Miriam. “Éramos muy jóvenes y eran tiempos difíciles, trabajábamos también con mis hermanos porque vivíamos todos juntos en la chacra”, explica Manuel, “Yo aprendí, antes de irme ala Marina, el oficio de injertar de mi padre. Hacíamos injertos para cambiar la variedad. Teníamos trabajadores, algunos golondrinas y otros estables. Se hacía quinta también, recuerdo que donde hoy vivo yo había muchísimas filas de plantaciones de berenjenas y repollos. Pero las huertas en las chacras se terminaron por los insecticidas que se usaban en las chacras, que eran muy fuertes y afectaban a las quintas. Los fosforados eran muy nocivos, ahora eso, por suerte, se está mejorando, espero que siga así. Antes eran tres, el aceite cura frutal, el polisulfuro y el arseniato de plomo, ¡se curaba así nomás!”, exclama, sorprendido hoy por ese descuido que se tenía con el tema, “El sulfuro era tan bravo… Se compraban en lo de Silvetti”.

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Manuel recuerda también ala AFD, la empresa inglesa que impulsó la fruticultura en el Alto Valle y que tenía a su cargo todo el proceso de producción y comercialización. “Estaba en Cinco Saltos, Gómez, Roca, Regina, Cipolletti, Barda del Medio… después vinieron los galpones que se hacen cargo de todo como Spina y Cia., las Cooperativas, como Fruti Valle de los Fernández, Chiachiarini, Gurtubay, Fruta Real, Campetella y La Esperanza con los Toscana… había mucha vida”, dice con una sonrisa, “Había tantas bodegas… como la Millacó, Biló, Buscazzo, Campetella, Paponi, que tenía todos sus viñedos en tierras de Allen, Lamfré que después la compró Cunti, la bodega de Alba llamada La Trinidad y Ferroni con ‘El Atrevido’, un vino que yo tomaba y era muy bueno. Me acuerdo que una vez en mis tiempos de marinero andábamos por Ushuaia y había vinos de Allen”.

Cuando Illia llegó a Presidente del país, Manuel se afilió al radicalismo: “En el partido radical estaba Julio Velasco, Rodríguez Palanco, Lorenzo y Hugo Ramasco, Hilda Viera, la “Negrita” Gabaldón… así que empecé a ir al Comité, el que me afilió fue Martínez, porque me interesó la plataforma política del partido, por eso me afilie”. Cuenta que el Comité estaba primero en la casa de Rodríguez Palanco, pero que después se trasladó a donde están hoy las Supervisiones escolares.

Allí se reunían y “se discutía mucho, en especial, el tema de los productores, porque se empezaba a estar cada vez peor”. “Después hicimos un grupo con Beretta y me propusieron ser concejal, yo no quería, es más, no podía pero… bueno, yo lo acompañé. Para mí hizo una buena gestión Mario. Yo en el último mes estuve a cargo de Obras y Servicios Públicos. En esa época se realizó la red de gas en el Barrio Norte y una parte importante de las cloacas pero lo más problemático era que el IPPV no mandaba casas. Se hicieron las 60 pero fue un Plan que no estuvo bien”, se lamenta Manuel pero en seguida agrega: “Se solucionaron otros problemas como los Títulos de Propiedad de muchos terrenos fiscales, porque en Allen había muchas tierras ociosas como las de Piñeiro Pearson o como las de Sorondo, que se expropiaron para hacer el Parque Industrial”.

Pero luego empezaron las complicaciones, Manuel dice que después del ‘85 la cosa se puso difícil y que venían los empleados a pedir ayuda porque la situación era terrible. “La Municipalidad vivía en descubierto en el Banco”, explica, “Luego nos ganó las elecciones Ducas, con el PPR”.

Igualmente, señala que tiene muy buenos recuerdos de sus tiempos enla Municipalidad: “quedé a cargo muchas veces dela Intendencia y cuando se enteraban me venían a ver para pedir ayuda. Tenía la mala costumbre de ayudar a todos, si no podía a través del municipio, sacaba de lo mío, porque eran tiempos tan difíciles pero ¡ojo!”, advierte, “no recrimino a nadie, sólo que no podía ver muchas situaciones y no hacer nada. A quien me gustaría agradecer es a Graciela Gugliara, muy buena amiga, ella nunca me hizo ‘meter la pata’ es muy buena gente. Después, cuando me fui me hicieron una despedida que me hicieron llorar. Fue en Entretiempo y me hicieron regalos y todo”.

Manuel Stazionati ha participado asiduamente en todo organismo que defendiera a los fruticultores, como la Cámara de Fruticultores y la Federación de Productores. “Recuerdo que una vez me llama el Intendente de Roca y me dice que el Gobernador Acuña (que era Contralmirante y yo lo conocí cuando era marinero) quería hablar conmigo en el Hostal del Caminante”, cuenta Manuel, “Yo dije que era medio raro, así que le dije a mi mujer que me acompañe. Llegué, nos sentamos, me invita una cerveza y me dice: ‘Quiero que me sea sincero, dígame la verdad ¿existe la crisis en la fruticultura?’. Yo no podía creerlo, le digo, mire, el termómetro es el Banco dela Provincia en donde los fruticultores han pedido créditos y no los pueden pagar. Eran los ‘70 y nadie creía que la fruticultura se iba a venir abajo de esta manera. Se agarraban créditos que para lo único que servían era para que los bancos se cobraran cuentas y para pagar el pasivo de los fruteros en quiebra”.

“El productor es el verdadero artesano, resiste pero ya no puede. Yo me mantuve, fui marinero, anduve lejos de la tierra. Por eso yo creo que lo único importante es la tierra, yo ante la tierra me doblego ante otro no. A la tierra le doy y me lo retribuye, eso me gusta”, declara Manuel, contundente.

Pero hoy ya los tiempos de política y participación se acabaron para Manuel. Volvió a la chacra, no se metió más porque dice que ya no le gustaba. “He andado mucho por la fruticultura, he ido a Brasil, a Chile, antes había mucha solidaridad y apoyo de los países limítrofes pero son distintos a nosotros”, señala, “mirá Chile, son más agresivos para vender, más vendedores, como exportadores yo pedí siempre que la fruta se pagara en euro dólares, porque va a Hamburgo, Alemania y de ahí se reparte a toda Europa. Pero no, nadie quiso, siempre en dólares”, dice resignado. “Estuve 4 años en la Cámara y siempre buscamos precio para la fruta y no que vinieran otros a imponernos. Hoy las grandes empresas marcan el precio y no podés hacer nada. La fruta la pagan 20 centavos  el kg. al productor. ¿Y la diferencia quién se la lleva, si en el comercio el kg sale $7?”, se pregunta Manuel.

“Los argentinos somos muy desconfiados y eso nos hace desorganizarnos, no actuar unidos. En los países limítrofes son muy organizados, acá además se mezcla la política en todo” reflexiona este productor allense. Manuel dice que ve a Allen “medio abandonado, pero el mayor problema es que somos muy apáticos y cada uno tira para lo suyo”. Pero agrega con gran optimismo y corazón que las nuevas generaciones van a mejorar la situación: “Por suerte los chicos vienen bien, tienen visión y garra, se deciden, hacen cosas. Son tiempos para aprovechar, hay tantas cosas que ayudan, antes no tenías nada”.

 

Entrevista de Graciela Vega. Texto María Langa/G. Vega

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3 Respuestas

  1. corina stazionati dice:

    Simplemente emocionante. Con sus errores y aciertos para mi, mi abuelo fue una gran persona!! Muy linda nota!

  2. juan dice:

    que buena …..nota ….barbaro… manuel un amigo con toda las de la ley…un saludo grande a su familia….y un abraso a mi amigo toti…

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