La mitica Estancia Flügel

Ya olvidada en el tiempo, la estancia de Hans Flügel (o "flunjel", como lo pronuncian los antiguos habitantes de la zona), aún esta en pié, esperando que la magia del "Interés turístico" la saque del olvido...
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La Estancia, tierras cercanas al río Negro. Foto: Cesáreo García.

Lee acá la entrevista a Cesáreo García

 Según datos, las tierras de la estancia fueron compradas en 1902 por la madre de Flügel y la mamá de Hohmann (ellas eran parientes). Las tierras del Valle se las compran a Jenaro Fernández, un granadino que vino, por iniciativa del Gral. Godoy, en la conquista militar de la Patagonia. Fernández vivía en Gral. Roca y recibió tierras por su participación (Ley de Premios Militares):

"A Jenaro le otorgaron una enorme extensión, donde nacieron cinco hijos más y levantaron su casa. Esta 'estancia', como la llamaban, luego fue vendida al alemán Hans Flügel, operación que quedó registrada en la escritura número 1 del Territorio Nacional de Río Negro".

Lee aquí completa la historia de Jenaro realizada por Susana Yappert en 2004

Las mamás compraron también en Collun co (San Martín de los Andes, Neuquén) y en Venado Tuerto (Sta. Fé). Luego enviaron a Hans quien junto a su primo Roberto Hohmann explotarón las tierras hasta que las dividieron; Hans se quedó con las del Valle y el resto quedó para su primo.

¿Querés conocer mas sobre Collun co? Mirá acá.

Lo que primero plantaron fueron cerezas, lúpulo, peras, papas, centeno... pero la estancia se especializó en el ganado ovino. Llegaron a tener 33.000.000 ovejas (hacia los años 80' solo quedaban unas 1000, hoy nada...) y todo giraba en torno a la producción.

Al entrar a la estancia en 2007 la impresión fue la de estar en un lugar fantasma, todo era abandono y silencio. Pero algo nos llevaba a sentir el murmullo de otros tiempos, los sonidos de animales, la fragua de la herreria, los motores en marcha, listos para esquilar a las ovejas...

El Sr. Torti fue nuestra guía, encargado de la estancia por aquellos años; llegó en los años 80' y falleció en 2008.

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Ingreso a la casa familiar, hoy totalmente abandonada.

La estancia tenía unos 80 peones fijos, aún están los libros de sueldos y jornales; casi todos eran de nacionalidad chilena y hacían un trabajo que hoy parece increíble. Los restos materiales muestran lo intenso que era el trabajo: una casilla rodante (de las pocas que se salvaron de un incendio en los años 90') era usada para llevar al río junto con las ovejas y pasar allí unos 15 días; caminos de cemento que entre ruínas marcan el paseo de las ovejas recién bañadas, las que se escurrían mientras caminaban hacia los corrales; una vieja casa donde se guardaba la lana con un malacate que se levantaba a mano; un carro del ejercito; una despensa y carnicería para venderle a la gente que trabajaba en la estancia... (están incluso los cajones de madera que se usaban para guardar yerba, azúcar, etc.) La costumbre de venderle a los trabajadores fue típica por aquellos tiempos, incluso las estancias tenían su propia moneda. Barón de Río Negro tuvo la suya y Flügel seguramente la tuvo. Lo que recuerdan muchos testimonios es el dicho "puchero gordo, cartera llena" que se refería a la costumbre de Flügel de pagar con billetes chicos para que pareciera que se pagaba mucho cuando en realidad eran de bajo valor. Lo de "puchero gordo" se refiere a que los trabajadores comían unos brebajes que tenían mas grasa que carne...

Todo esta rodeado de árboles inmensos, Torti nos muestra un eucaliptus que tiene mas de 100 años. Hay cedros azules, pinos, secuoyas, hasta los históricos tamariscos, que según dice, se plantaban para sombra de las ovejas. También había tambo; unas 80 vacas eran ordeñadas y su leche era pasteurizada en el lugar para venderse. En los años 70' se vendía a la empresa regional Vallelec:

¿Recordás esa empresa? Mirá acá

La estancia tenía máquinas ordeñadoras traídas de alemania; Torti recuerda que las vacas eran alimentadas con unos panes que se hacían con una capa de alfalfa, sal y plantas enteras de maíz, que se pisaban y fermentaban para ser compactada y cortada con unos hachones inmensos.

Entre otros trastos arrumbados aparece una báscula de la armada norteamericana usada para pesar la lana, con manijas para trasladarla... hay también unos artefactos de vidrio y alumnio que eran usados para hacer inseminación artificial a las ovejas. Había un laboratorio encargado de ese trabajo, dice Torti que allí trabajó Bernardo "Lalo" Martinez, al que mandaron hacer un curso en Mastelone, Buenos Aires.

 "Lalo" era uno de los hijos de Gerardo Martínez, el herrero de la estancia (Conocé su historia aquí).

Para Torti, la herreria parece ser lo primero que se construyó en la estancia. Allí se hacía todo ya que no era facil encontrar repuestos para las maquinas, incluso llaves y candados eran hechas "a mano" por Gerardo.

"Las partes de los candados eran ingleses; se desarmaban y se encastraban con una pasta de cianuro y soldaban todo pues nunca mas se desoldaban. Así era... todo se hacía 'a mano' incluso los cajones de muertos. Y si mirás las primeras construcciones de la estancia vas a ver que tienen techos de barro y palitos", recuerda Torti.

Un motor a explosión movía la fragua y el fuelle; a motor también funcionaba la esquiladora de 12 tijeras y con... embrague.

 Todo en la estancia estaba marcado; la marca de Flúgel eran dos alitas (pues flügel quiere decir alas en alemán) con una flecha.

 A medida que avanzamos la mirada no alcanza a incorporar todo lo que vemos, mezclado el hierro con plantas, escuchamos nombres de instrumentos que en otros tiempos eran comunes entre los habitantes del lugar: hay maquinas "trilladoras de tiro, para caballo", desgranadores de choclos manuales, sarandas para semillas, picadoras de pasto, tractores antiguos (los Farma que se manejan de costado, nos dice Torti), generadores para hacer funcionar las maquinas, comederos, molinos, balanzas de mano, aparatos para curar semillas, ruedas de sulky, moledora de maíz y máquinas inmensas para desgranarlo, silos para guardar los granos, sacos de remedios ya vencidos, rollos de alambres de púa, cientos de postes de madera de alamo, varillas, rastrillos…  Ya se ha vendido muchismo pero sigue habiendo mucho fierro viejo. Hay mas de 12 de cortadoras de pasto, sembradoras unas 3, un tanque australiano, antiguos termómetros, sembradoras para caballo de un solo tacho, maquinas calculadoras gigantes, una maquina de escribir de madera norteamericana de 1910 hasta aparatos para cazar moscas de orígen japonés!!. Parece que se lo regalaron para el casamiento (incluso hay varios que nunca fueron desembalados). En las oficinas hay un teléfono a pila, es de madera y a manija. Es de 1923 y era de uso interno, para comunicarse con toda la estancia. Está el decreto del presidente Alvear que autorizó a ponerlo".

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Para "Lalo" Martínez, Hans Flügel junto a su madre compró 1400 hectáreas en el Km. 1192 de la ruta nacional 22 para desarrollar actividades agrícolas (siembra de arvejas, cebada, maíz, trigo, alfalfa) y ganaderas. La alfalfa era requerida en diversos puntos de la provincia de Buenos Aires y de Río Negro por su calidad y llegó a comercializarse a gran escala, con ventas de hasta 400 toneladas por vez. El ganado ovino fue la especialidad de la estancia. Las razas Ramboullet y  Lincol fueron las primeras y luego fueron reemplazadas por Merino Australiano, que por la calidad de su lana eran codiciadas en el mundo entero. "Pero estos nobles animales de la estancia no sólo ofrecían la lana. También Flügel  comercializó lotes de hasta 5.000 ovejas y capones con frigoríficos de la provincia  de Buenos Aires, entre los que se encontraba Swift. Así esta producción terminó siendo eje motriz de la economía regional. La producción bovina también dejó su precedente en la economía, la raza Holando-Argentino produjo leche para el uso interno e industrial, además de la comercialización de la carne (...) El Sr. Flügel también llevó adelante otro de los emprendimientos pero en menor volumen. Fue bodeguero, pero, con el correr de los años, el vino terminó siendo superado por la siembra y por la producción ovina" (Bernardo Martínez, 2010).

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 Proximamente en Historias de Vida: entrevista realizada a Bernardo "Lalo" Martínez

Habia usina eléctrica que funcionaba con un motor Deuss; toda la línea eléctrica era subterránea. La calefacción era por radiadores que se alimentaban con túneles que había debajo de la casa. Había una gran caldera a leña en un sotano y un gran tanque de agua para proveer calefacción a cada dependencia de la casa. Según Torti, esos túneles y el tanque (que se dijo que era un calabozo) tal vez hayan aumentado más la creencia de que la Estancia era un lugar donde se escondián nazis que escaparon de Alemania al finalizar la segunda guerra mundial (Leé acá sobre el nacionalsocialismo en el Alto Valle).

Según el diario Río Negro (Hoischen, S. 2004) las anécdotas flotan por los campos de Guerrico.

"¿Qué pasaba en el interior de la Estancia Flügel?. ¿Estuvieron allí Adolf Hitler y Joseph Mengele? Se comenta, pero nadie puede afirmarlo. Sí, que pisó ese lugar el jerarca nazi Adolfo Eichmann, antes de 1960. "Andaba vestido como cualquier peón", llegó a contar un ex trabajador.

La Estancia Flügel era una de las propiedades más grandes de Guerrico. Tenía unas 1.400 hectáreas muy bien controladas por al menos cinco guardias armados. "Era una especie de refugio. Nadie podía entrar sin autorización", contó en su momento Gerardo Martínez, un ex empleado del lugar.

El dueño era Hans Flügel, un alemán que estaba casado con una mujer de la nobleza alemana, a quien llamaban La Condesa. Con los años las tierras, que por aquellos tiempos formaban parte de una gran explotación ganadera, se fueron fraccionando y vendiendo. (SS y EH)"

 Torti nos contaba que muchos medios regionales y nacionales se interesaron por el tema, incluso algunos propusieron pagar "hasta 50.000 dólares por una foto". Sin embargo, él núnca vió nada suspechoso, había armas "porque a Flügel le gustaba la caza, iba siempre a San Martín, a Chacayal... tenía troféos ganados por cazar".

Una de las historia cuenta que en la estancia vivió Adolf Eichman, un jerarca nazi que vivió en Argentina.  Eichman fue apresado y llevado a Israel para ser juzgado (ahora se dice que fue juzgado por otra causa, el tema acercaría a Eichman a la Patagonia) pero no hay indicios de que haya estado en la región. Según Cesáreo García el nombre del Tenedor de Libros de la Estancia “Era Federico Eichman, tal vez  que por él se dijo siempre que había un alemanes nazis en la estancia (...) era muy desconfiado, siempre andaba armado en el sulky con el que recorría las propiedades. Pero empezó a beber y eso a Flügel no le gustó, así que se tuvo que ir. Mi hermana Haydeé y yo visitamos bastante su casa”. Existía por aquellos tiempos una chacra en Cervantes propiedad del también alemán Albrecht Boehme y allí supuestamente habría estado Josef Mengele. Lo cierto es que Hans era admirador del régimen nazi, lo que no indica que escondiera nazis; según el libro de Bernardo Martinez esta ropa pertencía al "patron".

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Imágenes del Libro “Memoria de la vieja Estancia. Alemanes en Río Negro”, de Bernardo "Lalo" Martínez, editado en 2010.

Tal vez, la personalidad de Hans colaboró con las historias que aún hoy se escuchan. Ellas fueron el motivo de la investigación de Diana Milstein (1999-2000) denominada "Historias legendarias en un paraje rural: diálogo entre dos perspectivas de análisis". En ella se analizan los relatos de pobladores del lugar, quienes parecen relacionar el bienestar del lugar con la estancia y el fin, con la muerte de Hans Flügel. José, hijo de un empleado de la estancia, cuenta que Flügel escondía nazis en la estancia:

“Dicen que por el río pasaban y bajaban barquitos, que llegaban nazis de Alemania y que Flugger (sic) los llevaba a su casa y los tenía escondidos... Hay algunos que dicen que Hitler en persona estuvo escondido acá en Guerrico”.

Otra persona con la que habló Milstein fue Nicolás, un propietario de una chacra y de unos sesenta años quien contó que su padre y él trabajaron en la estancia. Para él, Guerrico tenía mucha “mala suerte” pues allí las heladas y el granizo habían sido peores que en otras localidades del Alto Valle. La esposa de Nicolás le contó también sobre el pacto con el diablo de don Hans; ella trabajó limpiando en la casa de los Flügel. Recordaba que las hijas del estanciero iban a la escuela en Buenos Aires y que al morir Hans vendieron casi todas las tierras, hoy solo quedan unas pocas, justamente aquellas donde se encuentra la casa grande de la familia y las dependencias con maquinarias, herramientas, aperos y otros objetos de trabajo (ver imágenes abajo).

 Mirá aca fotos de la estancia

 Osvaldo, agente sanitario de Guerrico le contó a Milstein algunas historias de los buenos tiempos de la estancia. La vida de la peonada parece haber sido bastante dura; las viviendas no eran buenas, vivían en barracas con letrinas afuera y “la comida no era un lujo, pero todos comían”. Flügel era estricto y su estancia "Era una especie de refugio. Nadie podía entrar sin autorización", contó en su momento el herrero Gerardo Martínez (Diario Río Negro, 2004).

 CONTINUARÁ

 

 

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9 Respuestas

  1. mariana dice:

    Hola! Me gustaría saber la dirección exacta de la estancia para poder ir a verla..gracias!

  2. Mariana: en el Km. 1192 de la ruta nacional 22, saludos!

  3. Alfredo Bianchini dice:

    Hola, indican ruta 22 km 1192…hacia el sur o hacia el norte? Mi interes es para poder hacer un trabajo fotografico para presentar en una materia de la facultad. Hay que pedir permiso en algun lugar o hablar con alguien? Gracias

  4. hola queda del INTA en la ruta 22 hacia allen 1500 mtrs ala derecha entrar unos 500 metros y ahi esta, la chacra la lleva ferroni .

  5. Sabrina dice:

    Me interesa la temática. Como puedo contactarme con los investigadores?

  6. Ricardo dice:

    La conocí, la casona abandonada es como sacada de una película de terror. En el patio se pueden observar herramientas antiguas una experiencia muy linda fue verla, forma parte de la historia de todos.

  7. Hugo dice:

    Mis padres vivieron en ese chalet mi viejo era el tambero

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