Y Amadeo Biló hizo la luz…

Amadeo Bilo llegó de Italia en 1912 con su papá Antonio con unos 14 años de edad. Trabajó en Azul, en una Compañía que realizaba obras de canalización y drenaje, perfeccionándose en máquinas a vapor. Con esa compañía vino al Valle y realizó canales de día mientras de noche estudiaba enología.

Fue así que se desempeñó como mecánico y enólogo en la Cooperativa Limitada de la Colonia Gral. Roca y luego adquirió la bodega de Pablo Mihail. Con ella comenzó a producir una variedad de vinos cuyo reconocimiento llegó a trascender la región.

Construcción Bodega Alto Valle (Foto Museo)

La bodega Alto Valle de Biló tenía como socio a su concuñado Chiche y juntos, en 1917, decidieron instalar luz en su bodega y compraron unos motores alemanes.

Pero con esta usina eléctrica dieron luz no sólo a sus propiedades sino también a gran parte del incipiente pueblo, en especial al Hospital Regional recientemente inaugurado. Así Allen tuvo luz por primera vez. Los límites de uso eran marcados por Biló y a las cero horas el servicio era cortado. Primero se hacía un pequeño apagón como aviso y luego se cortaba definitivamente. La Municipalidad en los años 30 canceló el contrato con Biló, la situación crítica que se vivía en aquellos años no le permitía hacer frente a ese gasto.

Diario Río Negro 1977.

 Amadeo “Chiche” Biló nos cuenta que los motores que iluminaron el pueblo en 1917 eran Otto Deus de 25 caballos de un cilindro y funcionaban a fuel oil. Aún hoy se los puede ver en el mismo lugar en que se emplazaba la antigua bodega. Eran únicos en el país y fueron también los primeros en iluminar la Patagonia. “El zar de Rusia no tenía luz, pero nosotros sí” recuerda riendo Chiche.

Los motores trabajaban toda la noche, pues las urgencias del Hospital así lo requerían. Primero se instaló uno, el de corriente continua, y luego el que trabajaba alternadamente. Amoruso era quien prendía los motores, “un fumador de pipa que siempre la perdía y comenzaba a buscarla hasta que alguien le decía que la tenía en la boca”, cuenta “Chiche”.

Fue el despegue de la bodega lo que hizo posible este avance. El vaporcito Tehuelche era el que trasladaba el vino producido a Viedma. Allí estaba Pérez, socio de Biló, quien era el encargado de la comercialización. Se hacía todo el vino para el sur y se mandaba a también a Bahía Blanca, pero nunca se llegó a exportar.

Carga del Vapor de Amadeo Biló (Foto: Museo).

Otras fotos del Vapor Tehuelche y otros vapores

Sin embargo, el esplendor de la bodega comenzó a decaer junto con el conjunto de la actividad vitivinícola en la zona. “Nosotros (los hijos) estudiamos enología en Mendoza pero la competencia de Mendoza comenzó a ser un problema, además demandaba mantenimiento, mano de obra… entre la bodega y el aserradero hubo más de 60 personas trabajando aquí. Mi padre no quería un vino menor de 12, 5 de graduación y la competencia se hizo desleal”, explica Chiche, “el que arrancó las ultimas viñas fui yo, igual les avisé a unos amigos viñateros y se llevaron aquellas viejas variedades a Mendoza”.

Amadeo Biló

Luego, los Biló plantaron peras y manzanas. “Recuerdo que en aquellos tiempos los ingleses entregaban plantas de frutales, te orientaban sobre cómo plantar, la cura etc. pues ellos querían que se produjera eso y así se hicieron cargo de todo”, resalta Amadeo.

Chiche se dedicó a la caza de animales pero se especializó en jabalíes; su lucha siempre ha sido el cuidado del medioambiente y la preservación de especies conjuntamente con el turismo. Empezó con esta actividad cuando allá por los años ‘60 comenzó el exterminio de especies que afectaban la ganadería y agricultura. Así nació la Comisión de Lucha contra Especies Depredadoras de la Ganadería y Agricultura que proveía de veneno y otras formas de matar los animales perjudiciales.

Esto no le gustó a Biló y propuso un plan. De allí en adelante él dice que se lo conoció como “Padre de la Caza -Turismo en Argentina pues tenía dos objetivos: salvar especies animales y el turismo (…) esto me llevó a una lucha muy difícil. En esos tiempos sólo estaba Natura, un organismo que protegía las especies autóctonas, no así las foráneas como el jabalí, antílope el ciervo Gama, Axis y Rojo. Yo propuse aprovechar los animales no sólo como recreación turística sino también de aprovechamiento de la presa. Intenté que se interesara el Gobierno, estuve con el Ministro de Agricultura y representantes de distintos organismos y asociaciones como la Sociedad Rural (…) y todos estaban de acuerdo con el plan. Pero después al ver que había que promocionar afuera y traer extranjeros no lo vieron viable.  Hice un arreglo con la Winchester quienes ingresaron en sus catálogos el circuito de caza turística de Argentina y para promoción comencé a viajar con la Winchester de EEUU, estuve en Mónaco bailando con Greace Kelly, conocí allí a Liz Taylor que hechizaba con sus ojos… en esos tiempos de Argentina sólo se sabía que teníamos trigo y vacas, nada más. También estuve en Yugoslavia invitado por el mariscal Tito y en África, cazando con las cámaras de la Winchester detrás. Salí en muchas publicaciones internacionales y por mis conocimientos, ética deportiva y otros valores quedé como one hundred por la prensa especializada que me difundió como triple A, único (…) A mí siempre me movió el corazón, no lo económico”.

La bella cúpula de la Bodega Alto Valle, construída por Muzevic esperemos que no sea destruída por el tiempo...

Cúpula Bilo-Constructor P. Muzevic (Foto Museo)

 

La foto de la bodega Amadeo Biló (mi abuelo) en pleno funcionamiento no se muy bien su fecha pero es bastante antigua. Saludos. Patricio Biló.

026 (Large)027 (Large)Revista AQUÍ Río Negro y Neuquén, junio 1968 (Gentileza Raúl Rodríguez Viera)

 

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