Pensar la Democracia
Los treinta años ininterrumpidos de democracia representan un ciclo inédito en la historia argen tina. Desde la Ley Sáenz Peña hasta la asunción de Raúl Alfonsín, ningún proceso democrático había podido alcanzar dos decenios consecutivos. En este período, apenas un par de presi dentes electos habían podido eludir golpes de Estado y sólo Alvear, Yrigoyen y Perón habían conseguido finalizar sus mandatos (aunque es tos dos últimos, únicamente pudieron culminar sus respectivos primeros gobiernos). Como si ello fuera poco, a partir del golpe cívico militar de 1955, a la inestabilidad institucional se le iba a sumar una dinámica del terror y de proscripción de las mayorías que derivó en un proceso de violencia política en ascenso. De modo que, desde la perspectiva de la historia política argentina contemporánea, el solo hecho de que se cumplan treinta años de democracia ininterrum pida, es decir, de un proceso político que buscó recuperar el Estado de derecho para construir nuevas formas de convivencia colectiva, resulta en sí mismo un motivo de festejo.
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