Jacinto San Segundo: Un centenario muy particular

Este 2012 es un año muy espacial para la familia San Segundo. Este año se cumplen 100 años desde que Jacinto San Segundo llegó a Allen procedente de España para radicarse definitivamente en este lugar.

Jacinto nació en 1896 en Mejeces, provincia de Valladolid, España. En 1912, a los 16 años, se traslada a Argentina con su hermana y su esposo. Viene directamente a Allen y trabaja en distintas tareas y logra, después de algunos años, comprar una parcela de tierra  gracias a un plan bancario. La chacra es la número 24 en el Km. 1204 sobre la ruta 22 y aún pertenece a la familia San Segundo.

En la chacra Jacinto planta primero papa, alfalfa y después viña. Esto lo lleva a construir una bodega que funcionó hasta 1982 con el nombre de San Jacinto. Llegó a producir una capacidad de 1.000.000 de litros de vino de mesa tinto, blanco, clarete y rosado. Esta bodega es una de las primeras de Allen y produjo un producto de primerísima calidad denominado “Vinos Laurita”.

En 1921 vuelve a España y se casa con Fidela San Segundo. El apellido es igual y la familia supone que tal vez sea por tener algún parentesco lejano o porque en Ávila había un Hospicio para niños abandonados y todos los que dejaron el lugar salieron con ese apellido ya que en la región hay muchos “San Segundo” y no tienen relación de parentesco.

Después de 28 días de viaje llegan, nuevamente a Allen, se instalan en la chacra donde con los años llegan sus 9 hijos: Luisa, Sabina, Mariano, Celedonio, Laura, Jacinta Luis Adrian, Isabel, Teófilo Santiago y finalmente Héctor Raúl.

Héctor nace en 1937, en la casa recientemente terminada y que aún está en pie en la chacra familiar. En la década del 20 compra uno de los primeros Ford T que circularon por el pueblo, se aboca al trabajo de la chacra, en la que plantará frutales e importará de España semillas de pino, una especie única en la región y que aún están en pie en la chacra.

La familia recuerda que en tiempos difíciles debían efectuar un pago pero no tenían el dinero. De pronto, el dinero “vuela por los aires como viniendo del cielo en el dormitorio” y era mucho más de lo que necesitaban. La historia tiene una explicación: Fidela había guardado en un juego de sabanas el dinero y luego se olvidó que estaba el dinero guardado allí.

Jacinto, además, colabora desinteresadamente como el Ministerio de Agricultura de la Nación registrando fechas de floración y cosecha de las distintas variedades de frutales, informa la producción estimada y otros datos referidos a la evolución de la fruticultura. Por este trabajo, en 1928, el Ministerio de Agricultura de la Nación le otorga un diploma como Informante Ad Honorem de la fruticultura.

Jacinto fue también varias veces Presidente del Círculo Católico de la ciudad y en 1935 la familia junto a otras organizan un gran festejo para homenajear a Monseñor Esnadi. Era la primera vez que el obispo visitaba el pueblo y se realizó un almuerzo en la chacra de San Segundo asistiendo unas 700 personas. La familia recuerda que el sillón del obispo estaba adornado por ramas de un rosal que en 2010 cumple casi 100 años y a pesar de los años aún florece.

Jacinto fue benefactor de la Escuela 54 realizando constantemente aportes y colaborando, en especial, cuando entre los vecinos decidieron construir el edificio propio. También facilitó una vivienda al Director Emiliano Sánchez para poder estar cerca de la escuela.

Incansablemente, Jacinto San Segundo participó en el desarrollo de la ciudad, modestamente y en silencio realizó gran cantidad de actividades, entre ellas se encarga de los trámites para el asentamiento del Banco Italia en Allen, del que se convierte en el primer accionista del primer banco que funcionó en la ciudad.

Base: Textos de Héctor San Segundo y entrevista realizada en abril 2012 por Graciela Vega.

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2 Respuestas

  1. Laura San Segundo dice:

    Gracias a este relato he encontrado a una familia muy lejana; soy tataranieta del padre de Jacinto 🙂 y creo que voy a aficionarme a los acertijos de Héctor.

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