El «Mariano Moreno» (CEM 71)

Dicen que un 24 de noviembre de 1957 se reunió en el Salón Municipal una Asamblea de vecinos con el objetivo de crear un colegio secundario. Eligieron una comisión presidida por el Dr. Marcelo Moneta, a quien acompañaron, el infaltable Juan Tarifa, H. Silvetti, Carlos Digiuni, Pedro Insúa, Jaime Enacám, Raúl Cabib, José Prospitti, Primo Campetella, Antonio de la Cruz, Raimundo Ferroni, Julio Tortarolo, entre otros.

Así el 6 de marzo de 1958 nació el Colegio Secundario Provincial "Mariano Moreno".

Abanderada Isa Divano, escoltas son Mirta Brini y Jorge Álvarez. Atrás: Julio Morales, Nito Avalis, Pistognesi, Osvaldo Cognini, Hugo Ramasco, Lisandro Digiuni, Quique Espinel, Carlos Martín, Oscar Tuti Silvetti, Jorge Fernández

Jóvenes estudiantes por el centro de la ciudad (esquina Orell y Roca)

Fue inaugurado el 17 de marzo y primero funcionó en un local de Cesar Lazzari hasta que se edificó el actual edificio (Calles Belgrano y España) en un terreno cedido por el municipio. Cuando se colocó la piedra fundamental actuaron como padrinos el Gobernador Dr. Castello y la rectora señorita Haydée Silvetti (Pérez, E. 2000).

El Diario Río Negro en 1965 lo contaba asi:

El primer año contó con 78 inscriptos para 1° y 2° año. Trabajaron sin cobrar durante 1958: Haydée Silvetti (Perla), Héctor Alonso, Anselmo Álvarez, Juan C. Ricchieri, Agustín Gil, Leontina R. de Ramis, José L. López de Arcaute, Federico Hoischen, Margarita M. de Fernández, Carlos Digiuni, Blanca F. de Sánchez, Angelica Cabib, Julio Tortarolo, José Campetella, Delia V. de Montenegro, Guillermo Anzorena, Mercedes A. de Enacam, Joaquín Pellegrini, Martha Iriarte, Celso Araujo, Luís Capizzano, Raquel O. de Anzorena, Marcelo Moneta, Dora Martín y Elena González de Cortés.

En 1969 el Gobierno provincial oficializó el colegio y nombró a los primeros profesores titulares por decreto 361/59. La primera promoción de Peritos Mercantiles fueron: Luis Albaya, Inés Avalís, Juan Benedictis, Lisandro Digiuni, Jorge Fernández, Inés Gines, Julio Morales y Rafael Scagliotti. Los primeros Bachilleres fueron: Jorge Berghmans, Isa Divano, Jorge Enacam, Carlos Espinel, Yolanda Macri, Luís Pistagnessi y Edelvais Salvatori.

 

 

Un poco de historia: Los años 40' y 50'  comienzan a verse los primeros síntomas de esa "enfermedad" llamada juventud. Uno de los muchos fenómenos que pondrá en escena a este nuevo grupo social será el crecimiento de la educación media y universitaria que fue fundamental para la expansión del modelo juvenil, en especial, entre los crecientes sectores medios (esa la "clase media" que fuera orgullo nacional) que accedían a mayor información a través de revistas y libros. El “boom editorial” es también un elemento importante en el análisis de las transformaciones de la época y el naciente fenómeno de la "juventud".

Dice Magdalena Bizzoto que en Allen:

“Allá por las décadas del 40 y 50, existía en Allen un Centro de Estudiantes secundarios y universitarios integrado en su mayoría por chicos y chicas que estudiaban en Buenos Aires, ya que aquí no había colegio secundario. El grupo era muy unido y reinaba una amistad cálida y sana entre todos. El Centro organizaba fiestas y un baile anual. Todo se hacía en el salón municipal y algunas veces al aire libre en la antigua sede del Club Unión, abarcando las canchas de tenis y patinaje. Recuerdo una oportunidad en que llovió y se mojaron todos los manteles y para poder utilizarlos nuevamente se repartieron por todas las casas de los chicos para secarlos con la plancha. La organización de los bailes no eran solo motivo de fiesta, tenían también un fin benéfico porque con la ganancia se financiaban becas para los estudiantes de menores recursos que debían viajar a Roca o Neuquén para cursar el secundario. Por iniciativa de estudiantes de medicina que integraban el Centro, principalmente la actual Dra. Matilde Callau, se iniciaron las gestiones para organizar el primer banco de sangre en el Hospital de Allen”. (Magdalena Bizzotto para Yappert, S. 2010).

Fragmento de Los Chicos del Barrio (Elisa Oscar, 2000).

“Estábamos en la esquina charlando desganadamente, aburridos. Entonces llegan Gaby, Pancho y Edgardo riendo: - ¿No saben? —dice Gaby.

- ¿Qué? —pregunto interesado.

- Lo que pasó en el colegio.

- No. ¿Qué?

- Tiraron una bombita de olor y tuvimos que salir todos al patio. No pudimos volver al aula. Nos cambiaron a otra para la clase de Matemática. De todas maneras, Lengua e Historia zafamos.

- ¿Quién fue? Ahora nos controlan mucho.

- Estaban las ventanas abiertas. Alguien pasó en bicicleta y la tiró para adentro. Pegó en la pared y rebotó con tan mala suerte para Julio que explotó en su cabeza. Lo tuvieron que mandar a la casa. Tenía un olor en el bocho que no se aguantaba.

Todos reíamos con los detalles que contaban. Don Anselmo nos miró sonriente mientras pasaba caminando. De pronto, sin previo aviso, se vuelve sobre sus pasos y nos dice:

-¿Saben chicos, lo que ocurrió una vez cuando yo era director del colegio Mariano Moreno?

- No, señor —contestamos a coro. Algunos chicos se pusieron de pie.

- Un día, proveniente de un segundo año, escuché un gran alboroto, pronto todos estaban en el pasillo. Alguien había tirado una bombita de olor. Salieron al patio tosiendo y riendo. Rato después, con la celadora y la profesora presentes, comenzó la indagatoria para descubrir al responsable. Insistimos durante el resto de la mañana, hasta amenazamos con amonestaciones colectivas, con avisos a los padres. Nadie se hizo responsable. Pienso que hay que ser muy valiente para, en circunstancias como las expuestas alguien reconozca: fui yo. Y nadie, en su condición de alumno actuó de delator.

Sonrió y continuó su paseo diario. Él es don Anselmo Álvarez”.

Lee completo:
Los chicos del barrio
 

 

Algo más...

Te acordás? (o solo unos tontos recuerdos)

por G. Vega

 

Algunos de mis compañeros de 5° año (1980): Fernando Bracalente, Pablo Morales, Andrea Bracalente, Alejandra Sargiotto, Laura Sanchez, Sandra Buscazzo, Olea, Maribe Coca, Norma Cornejo, Susana Morales, Graciela Ballejos, Giovana Osorio, Iris Alcazar, Marilú Barace y Adriana Ortega.

El Colegio Secundario Mariano Moreno. Pasillos, patios, recreo, los chicos por un lado, las chicas por otro.

Suena el timbre y chicos que entran a los cursos: hombres vestidos con saco tipo blazers, corbata, bordó generalmente, pantalón gris, mocasines, pelo corto (en algunos casos engominado).

Las mujeres: guardapolvos, cara lavada, pelo atado, pantalones negros, azules o marrones. Zapatos acordonados, "abotinados" marrones o negro. Prohibido llevar zapatillas u otro color que no sea azul oscuro, marrón o negro.

En nuestra cabeza sonaba Rockcollection del francés Laurent Voulzy. Escuchala AQUÍ

 Hay una “celadora” (hoy le dicen preceptora) que controla el ingreso de los alumnos, la vestimenta, el "pelito" que se escapa de la cola de caballo reglamentaria, nada es natural, todo esta formateado antes de ingresar. NADA de maquillaje...

Entra tarde una chica al curso, esta vestida reglamentariamente pero… “y esas uñas? Pintadas?, dice la celadora y agrega:

- Señorita, vaya al baño a sacarse eso.

-¿Con qué?, responde la joven.

La celadora le pide que la acompañe a Dirección y le da una gillette, que usaban para subsanar errores... útil...para raspar las uñas. "

Y que no quede nada de pintura, eh?”.

Otras "modas" no tenían ingreso en la escuela de los años 1976 a 1980. Hebillas de colores en el pelo? Sabes que tampoco estaba permitido!!!. Sacos color verde militar tampoco!!. Raro no?. Tres amonestaciones por un saco verde militar!. O por provocar e incitar al desorden...

En el baño el agua fría te sacaba el maquillaje o la bronca. Entrabas al curso y allí estaba el profesor de Higiene, que nos enseñaba los valores que después las publicidades nos hacían olvidar.

- “Que tiempos aquellos! se acuerda doña Rosa? Mírelos! Impecables, limpios y ordenados! La educación funcionaba! No es como ahora! Que desastre! Como estamos! Los valores, se han olvidado todo!. El patriotismo, la decencia, el respeto! En esa época los argentinos éramos derechos y humanos!. Buenos católicos, respetuosos de la ley. No había delincuencia, drogas ni alcoholismo. No habia homosexuales!!! Se acuerda Ud. doña?? Todas esas lacras estaban bien escondidas debajo de la alfombra, no había que andarlas viendo por la televisión ni por la calle… Ahhhhh que tiempos aquellos”.

Yo no recuerdo cuando la escuela fue mejor. En mis tiempos de alumna secundaria solo recuerdo poca humanidad entre la mayoría de los docentes y directivos, materias aburridas y horas oscuras y tristes, de 8 a 13. Hoy soy docente y nada en contra de mis estudiantes puedo decir... de los adultos... mucho.

Solo hay un par de recuerdos que me hacen bien. Uno de ellos, las horas con Cesar Castro, el profe de Contabilidad, por buen tipo, no por la materia, que era odiosa.  Y Juana!!, la portera... siempre dispuesta a ayudar a los alumnos, a tener una palabra dulce y tierna, un vaso de agua o algo calentito en aquellas mañanas feas de mis años secundarios.

Suena de fondo: “I dont like Mondays” (No me gustan los lunes) de The Boomtown Rats.

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