15 curiosidades que seguro no sabías de la Vuelta al Valle
La constancia y el trabajo minucioso de las personas facilita la preservación de los hechos que nutren la historia. Libros como el editado por Ignacio Tort sobre la "Vuelta al Valle" son ejemplo de eso. Gracias a él podemos volver en el tiempo, a los comienzos de una competencia que apasiona a allenses y visitantes, de generación en generación.
Salir a ver el paso de los ciclistas al patio de la escuela, correr de la mano de nuestra madre que dejó la comida en el horno con tal de no perderse la llegada o gritar a pulmón desde las veredas de la plazoleta para alentar, son recuerdos que a los seguidores de las carreras nos ponen la piel de pollo. Y nos hacen querer volver a verla, cada mes de noviembre, aunque nos insolemos o lleguemos tarde al trabajo.
Anécdotas aparte, rescatamos de la crónica comentada de Tort 15 curiosidades para conocer más a fondo las fibras del "Gran Premio". Repasálas con nosotros:
- Don Gregorio Ramos, empleado de la empresa Nacional de Irrigación, fue el primer mecánico del pueblo dedicado a las bicicletas. Allá por 1925 las reparaba en un pequeño galponcito que poseía en el fondo de su casa, ubicada en calle Libertad (hoy Yrigoyen) y España. A pedido de sus escasos clientes por ese entonces, solicitaba los repuestos a proveedores de Capital Federal.
En ese galponcito inició su actividad Arrigo Cecchi cuando llegó de Italia, uno de los fundadores de la Vuelta.
- El Gran Premio fue la primer carrera de grandes distancias que se organizó en la zona, en 1944. Hasta ese entonces las competencias se reducían a recorridos de poco kilometraje en circuitos pueblerinos o carreras de ruta que nunca llegaban a más de 50 kilómetros.
- Así como actualmente noviembre es el mes por excelencia para la prueba, la primera vez que se la corrió fue a mediados de octubre: el sábado 14 (Allen – Villa Regina – Allen) y el domingo 15 de octubre de 1944 (vuelta hasta Centenario). Finalizada la prueba, actuó la Banda de Música Municipal.
- En los comienzos las bicicletas que se usaban contaban con una sola corona y un solo piñón. No existían ni el cambio de velocidades ni los tubulares. En vez de cascos aerodinámicos se usaban gorras de tela. Los nuevos metales reemplazaron con el tiempo al hierro y al acero.
- La Asociación Italiana fue la encargada de la fiscalización de la actividad por muchos años, por ser la única en la zona afiliada a la Federación Ciclística Argentina.
- 22 fueron apenas los corredores que protagonizaron la primera edición. Hoy es habitual que superen los 160 inscriptos.
- El recorrido de las primeras ediciones era de tierra, afirmada con ripio (pedregullo, canto rodado, basalto), algo que dejaba irreconocibles de suciedad a deportistas, auxilios y dirigentes. Fue así hasta 1954, cuando se empezaron a habilitar tramos de asfalto. Se llegó hasta lugares como Plaza Huincul, Cutral Có, Bahía Blanca, San Martín de los Andes, provincia de Buenos Aires y Capital Federal.
- Como si fuera poco, la exigencia llegó a extenderse en 12 y hasta 17 etapas, como en el caso de las Bodas de Plata de la competencia.
- Avanzada la tecnología y frente a las importantes distancias de cada etapa, la estrategia con la prensa era pasar los datos por teléfono, como en el caso de la cordillera, donde éste funcionada sólo hasta una cierta hora.
- Transcurridas los primeras ediciones y hasta 1966 los ciclistas evitaban usar el dorsal N° 13 por miedo a la mala suerte.
- Durante muchas ediciones una damajuana inmensa de vinos "Millacó" fue un símbolo de la carrera. Cargada en la camioneta del jefe de ruta Gino Santarelli, su presencia anunciaba el paso de la caravana.
- El monto de los premios que hoy asciende a 250.000 pesos, en su momento llegaba en total a los 1.000 pesos, al valor de la moneda de aquellos años.
- El primer año instituciones y clubes organizaron eventos a beneficio para juntar los fondos necesarios para la organización: bailes populares de la Sociedad Italiana y el Club Los Viñedos, veladas cinematográficas en el Cine Lisboa (esquina Café Aurelio), un partido del Club Deportivo Bagliani y combinados de la Liga Confluencia y la Liga Río Negro en cancha del Club Unión, además de un “vermouth danzante” organizado por la Asociación Amigos de Allen.
- La primera comisión:
Presidente: Luis Grieco (Club Unión Alem Progresista);
Vicepresidente: Ignacio Tort Oribe por la prensa,
Secretario: Pedro Beltrán (Club Alto Valle);
Tesorero: Luis Aragón (Asociación Amigos de Allen);
Protesorero: Gregorio Maza (Ciclismo Cecchi);
Vocales: Antonio Silenzi y Luis Pepa (Sociedad Italiana), José Prospitti (Club Unión), Arrigo Cecchi (Ciclismo Cecchi), Alfredo Reynes (Club Alto Valle), Guillermo Zan y Miguel Genes (Club Los Viñedos), Federico Franco y N. Mosnadiego (Club Deportivo Bagliani), Aristo Pagani (Asociación Amigos de Allen), Juan Tarifa por la prensa.
- "Los soldados del camino": así bautizó a los ciclistas Quinto Astolfi, reportero gráfico del diario "La Nueva Provincia", que vino a cubrir la carrera y terminó colaborando con la Comisión Central Organizadora (CCO).