Y así llegamos a este presente…
Todos los hechos y protagonistas que hicieron esta tierra productiva. .Desde los comienzos con el Canal de los Milicos al dique Ballester .En un estudio minucioso realizado por el ingeniero Francisco Dehais. Diario Río Negro.
El primer riego que se realiza en el Alto Valle fue en 1889 y lo hace el padre Alejandro Stefenelli con una noria construida con tachos de cinco litros comprados en Buenos Aires. Alcanza a regar 6 hectáreas de los lotes 255 y 256 de 100 has. cada uno. Como ello era insuficiente compra en 1896 en Buenos Aires un motor a vapor de 14 caballos que pesaba 6.000 kg. y una bomba de 10 pulgadas de diámetro para producir 300 m3 por hora. Lo hace trasladar por barco hasta Patagones; allí compra una carreta, unos 26 bueyes y contrata los obreros necesarios para su transporte que demora 27 días en llegar a General Roca. En cuanto al primer riego por canal, la información surge por sugerencia de una posible construcción del Canal de los Milicos o Roca, que lo hace el comandante Guerrico al informarle a Winter con fecha 3 de septiembre de 1879 que "Tengo una buena noticia que darle y ésta es que con pocos hombres se puede llevar la acequia que Ud. quiere a su pueblo de Gral. Roca". Winter al recibir esa novedad la envía de inmediato al gobierno nacional cuyo presidente era el general Roca quien se encarga de contratar al técnico sanjuanino Hilarión Furque para que proyecte y luego dirija las obras del canal para regar 40.000 has. La superficie a regar era la que se iniciaba en la chacra número uno de la Colonia Roca que era de López Rosillo Hnos y que actualmente pertenece al ejido de Fernández Oro y llegaba hasta algo más allá de General Roca cuya primera fundación fue en 1883. Hacia 1886 ya se había terminado la obra del canal y la colonia Roca ya se encontraba fraccionada por el Gobierno Nacional en lotes de 100 has. Se fijó un valor de $ 2,50 la hectárea. Los primeros compradores arribaron en carretas y fueron los españoles José Escales, Genaro Fernández, Basilio García y los argentinos Gregorio Mazza, Manuel Marcos Zorrilla, Miguel Muñoz, Ignacio Rivas, Alejandro Capella, el Negro Galarce y otros. Estos habían llegado a Fisque Menoco -hoy Stefenelli- lugar donde se encontraba el Fuerte Roca y su comandancia. Para realizar los trabajos del canal vinieron experimentados agricultores sanjuaninos traídos por Furque, los "destinados" que eran presidiarios cuyo envío fue solicitado por el residente en la zona coronel Godoy y ordenado por el presidente Roca. Colaboraron algunos indios sometidos y en menor cantidad soldados y colonos. En esa época el canal tuvo su primera bocatoma frente al fortín primera división que hoy se ubicaría cerca de la marmolería de Alessandrini y distaba unos 5000 metros aguas arriba de la confluencia. Se hizo la bocatoma aprovechado un cañadón que salía al pie del segundo fortín de 20 ms de ancho, que a los pocos años por insuficiencia de agua de la laguna se hace una nueva bocatoma que fue construida en 1897 -en la antigua chacra de José Brierre en La Llanada de Cipolletti-. Se accedió al río mediante una profunda excavación de la misma y se derivó luego a un arroyón que salía al canal que actualmente pasa al lado del destacamento policial del puente y llegaba a las compuertas reguladoras ya citadas. La tercera se construyó aproximadamente en 1908 prolongando el canal hasta los fondos del predio de Juan Ibar en la costa de Cuatro Esquinas. El canal de la primera bocatoma continuaba por el lecho de un arroyo existente hasta las compuertas de regulación ubicada en el esquinero sud de las chacras que eran de Molero y B. Huertas y confeccionadas en mampostería de ladrillos y compuertas de madera dura. Desde ahí partía el canal propiamente dicho hasta Roca. Cuando en 1899 el ingeniero Cipolletti realiza por un convenio el estudio de aprovechamiento de los ríos Colorado, Neuquén, Limay y Negro informa que el canal estaba dividido en dos tramos, siendo el primero el "proveedor" que partía de la bocatoma del río Neuquén (La Llanada) y proseguía por un arroyo que a los tres kilómetros llegaba a las compuertas donde se derivaban los excedentes al río. El segundo tramo salía del comparto citado y tras recorrer 42 Km. llegaba a la Villa Roca. El mismo iniciaba comenzaba a los 8 kilómetros regando los primeros lotes de la colonia Roca (hoy Fernández Oro). En un plano confeccionado en 1932 por la Dirección de Irrigación titulado Regadíos en la Confluencia del Neuquén y Limay aparecen los predios donde pasaba el canal en su recorrido con sus distintas bocatomas. Dicho canal desde 1912 a 1921 regaron igualmente los fundos de Fernández Oro. Finalizados los trabajos muchos sanjuaninos que trabajaron se quedaron como Rivas, Beas y otros. Al ingeniero Furque les dieron las concesiones de los lotes 218 y 219 de la colonia Roca, además de designárselo como administrador de las propiedades de general Enrique Godoy. Las obras se iniciaron en 1883 y terminaron en enero de 1885, siendo habilitado el 25 de mayo de 1886. Por decreto del 22 de setiembre de 1886 se crea la oficina de Irrigación y Agricultura quien confecciona su primer reglamento. El 5 de mayo de 1887 por otro decreto designan para administrar el agua al ingeniero Fourque, que luego de administrarlo por varios años, realizar algunas obras y hacer reclamo de recursos para mejorarlo y no conseguirlo renuncia en 1890. Al quedar sin dirección y con faltante de agua se organiza una comisión para ampliarlo presidida por el padre Stefenelli. El objetivo de la comisión era aumentar el caudal a 200 litros por segundo fundando para ello una sociedad cooperativa que resuelve hacer las construcciones necesarias y mantenerlo. En dicha reunión se fija un canon de riego de pesos siete por ha/año. Como continúa faltando agua al ir aumentando la superficie bajo riego designan al ingeniero Marcet en 1907 para que se encargue de hacer las obras a fin de elevar el caudal a 1200 l/s., en 1908 lo hace a 2400 litros /segundo, en 1909 a 3200 y años después a 16000 l/s. cuyo costo del último fue de $ 700.000. Según el cuaderno de apuntes de Alfredo Kossmann éste manifiesta que al realizarse la ampliación del canal Roca entre 1907 y 1912 el General Fernández Oro aporta la suma de 50 pesos por ha. (o sea unos 40.000 pesos para poder regar unas 800 has. del campo ubicadas en la parte Norte de la colonia Roca en Fernández Oro). Para el mejoramiento y administración de esas 800 has. en Fernández Oro se funda en 1910 otra cooperativa de riego siendo sus socios a 1921 al transferirse dicha cooperativa al Estado nacional los siguientes: Suc. Fernández Oro con 445 has., el doctor Jorge hijo con 200 has., Luis Cipolletti con 84 y otros de menor superficie como el ingeniero César Pozzi, Joaquín Portela, José M. Carléz, Silvio Fiorentini, Nazareno Recchioni, Juan Meazzi, José Tappatá, Benito Croceri, Julio Santarelli, Nazareno Bagnoni, Rafael Pannesi y José Segheta. Al iniciarse las obras de irrigación en el Alto Valle del canal principal en 1910 y al llegar al límite entre Cipolletti y Fernández Oro se construye el canal secundario III que además de regar esta última se conecta al canal de los milicos para proseguir suministrando agua hasta Gral. Roca. La historia del Canal Lucinda Este fue el segundo canal que en 1901 se construye en el Alto Valle. Lo hace el coronel Fernández Oro al ver que había llegado el ferrocarril en 1899 y para aprovechar mejor tierra se conecta por recomendación de don Gabriel Carrasco con el mendocino don Carlos Godoy quien poseía conocimientos en sistemas de riego al haber trabajado en Mendoza y Chile. Le ofrece ese trabajo Godoy quien acepta y lo asocia a Miguel Muñoz como capitalista acordando el coronel como parte de pago entregarles unas 600 has. a cada uno en la zona de Cuatro Esquinas calle por medio. Según el trabajo publicado por Gabriel Carrasco, en 1902 el canal estaba en construcción y tenía unos 12 metros de fondo y 16 en superficie y el espesor de agua se había calculado para aguas bajas del río a 0,60 m. de altura y con aguas altas ello podría pasar el metro. Sigue diciendo Carrasco tras visitar el canal en construcción que el mismo se construyó utilizando arado y pala de buey tirado por bueyes. Que primeramente se araba el terreno para ablandarlo en unos 0,25 m. de espesor y luego se sacaba la tierra con pala de buey para colocarla en las banquinas. Esta labor se repetía tantas veces como fuera necesario hasta llegar a la profundidad deseada. Al realizarse la inspección de la Dirección de Tierras el 1 de agosto de 1905 para justificar las inversiones realizadas en la propiedad del coronel para poder escriturar el bien, éste informa que el canal se realizó para regar 10.000 has. y la obra se inició en 1902 finalizando en 1904 y que el agua se largó para regar la primera parte el 26 de setiembre de 1903. Como antes de terminar la obra a principios 1902 fallece Carlos Godoy la misma queda a cargo Jorge González Larrosa, sobrino de Fernández Oro, quien estudiaba ingeniería. Con él se da término haciéndose cargo de su administración. El proyecto fue confiado al ingeniero agrónomo Félix Salomano tanto en los estudios previos como en la dirección técnica y ejecución. Colaboró también Luis Domingo Mailhet; se decía que era un agrimensor francés. Durante 1904 una creciente destruye la bocatoma y parte del canal sobre el río Neuquén en la jurisdicción de La Picasa, hoy Cinco Saltos, que estaba ubicada en la costa a la altura de la Facultad de Ciencias Agrarias. El canal continuaba por un viejo lecho que irrigación lo profundiza para utilizarlo como desagüe. Según la Dirección de Irrigación citada era un cañadón que atravesaba las chacras 37c ya citada, la 38-a de Gregorio Martínez, 41c de la Facultad de Ciencias Agrarias y 41-a de Tate de Tuti. En este último predio se hicieron las compuertas reguladoras quedando en la actualidad restos de las estructuras de ladrillos tanto en su regulación como en su derivación de excedentes. Desde allí seguía a la chacra 45 y se prolongaba hasta unirse en el salto del hoy canal Lucinda. Como se dijera, primero fue atendido por Jorge González Larrosa y luego con la contribución de Germán Da Ponte Riveiro fue contratado en 1904 don Juan de Dios Sepúlveda para atender la bocatoma y mantener la dotación. En las bajantes de enero y febrero construía pie de gallo para mantener la dotación y en las de crecidas de octubre, noviembre y diciembre con el agua al cuello trataba de reducir la entrada. Hacia 1910 se regaban 2.071 has. que correspondían a 31 propietarios. Al iniciarse el canal principal del Alto Valle en 1911, el general Fernández Oro ofrece en venta el canal Lucinda al Estado Nacional, que se concreta a inicios de 1912. A partir de esa fecha es administrado por la Dirección General de Irrigación cuando ya eran regadas unas 3.500 has. Durante 1912 se hace cargo la Dirección de Irrigación conformando una comisión que la integran don Germán Da Ponte Riveiro, Antonio Delfino y Benjamín Rojas quienes mantienen a Juan de Dios Sepúlveda en su cargo hasta 1916, en que es conectado al sistema de riego del Alto Valle mediante la construcción de un tramo entre el principal y el canal Lucinda que pasó a denominarse canal secundario III. El canal Lucinda fue ensanchado y prolongado para regar toda la colonia. El 14 de octubre de 1915 se publica una resolución por la Dirección General de Irrigación obligando a los compradores de tierras a empadronarse y pagar un canon por riego. El riego en Cinco Saltos El primer riego se realiza por un canal construido aproximadamente en 1911 por la Compañía de Tierras del Sud. S. A. que nacía en la bocatoma Pavón de Cordero y continuaba por un arroyo hasta la línea del ferrocarril (próximo al puente colorado), continuando luego orillando las vías calle por medio hasta la población de Cinco Saltos. Pasaba por la población entre la vereda y la calle hoy Roca de Cinco Saltos e iba a regar las chacras que en ese momento se cultivaban con grandes dificultades. En 1912 es transferida a la Dirección de Irrigación que en 1913 hace la nivelación, proyecto y construcción del canal secundario I o "La Picasa". Los canales terciarios fueron construidos por los propietarios. Al salir la publicación de 14 de octubre de 1915 citada de la Dirección de Irrigación se obliga también a los compradores a empadronar y pagar el canon de riego. En marzo de 1916 se habilita el canal secundario y se le proporciona agua del canal principal. Para la atención se designa a un jefe de distrito de la primera zona recayendo en Ulises Lavín quien actuó entre los años 1916 y 1925 y que tenía como colaboradores a Federico Hoffmeyer y José Pavón. Cuenca Vidal, hoy Lago Pellegrini El nombre de Vidal surge por extensión del Fortín Vidal al estar ubicado dentro de esa misma cuenca. La designación del nombre al fortín surge del coronel Villegas por su amistad y muerte del coronel Emilio Vidal antes de iniciarse la expedición al desierto. Las características de esa cuenca son que posee una profundidad respecto al río Neuquén de 40 metros cuya cota de fondo del río Neuquén es de 300 metros sobre el nivel del mar y cota fondo de la cuenca 260 m. s. n. m. y su distancia entre estos es de unos 12.910 metros. Al realizar su primer trabajo el ingeniero Cipolletti en 1899 titulado "Estudio de riego del Alto Valle de Río Negro", efectúa una nivelación que partiendo del fondo del lecho del río Neuquén a la altura del "puente dique" cuya cota ya dijéramos era 300 metros, este continuaba por una zona baja de la cuenca Vidal hasta llegar al lugar más bajo que estaba en cota 260. Luego proseguía subiendo las bardas por el lugar más bajo hasta llegar a cota 391 y finalizar siguiendo un cañadón hasta el río Negro a la altura de Chichinales a cota 196 m. s. n. m. En el trabajo "Le Nil Argentin" de J. A. Doleris, publicado en 1912, en uno de sus planos hace figurar un posible túnel entre la cuenca Vidal y Chichinales proyecto que no sería factible según el ingeniero Cipolletti al decir: "La cuenca es una verdadera depresión por entre altiplanicies ubicada a la izquierda del río y que tiene forma ovoidal con el diámetro medio aproximado de 18 a 20 Km., encontrándose su fondo a 42 m. debajo del nivel ordinario del río, que se halla circundada completamente por barrancas de más de 150 metros de altura, con fuertes declives al noreste y con taludes más suaves al sud". Era voz corriente que un abra o una serie de abras ponían a la cuenca en comunicación con una gran cañada que descendía al río Negro en Chichinales. De las investigaciones hechas resulta falsa dicha creencia, pues recorrido el terreno con un baquiano, residente cerca de la cuenca y habiendo efectuado la travesía siempre por lo más bajo de la misma, resultó el perfil que se puede observar en las cotas ya expresadas. De esto resulta que en la margen este de la cuenca se encuentra efectivamente en la barranca una especie de abra, cuyo nivel es solo 12 metros más alto que el río a 20 km de distancia. Pero prosiguiendo el camino hacia el este, el terreno va siempre levantándose hasta alcanzar los 90 m sobre el río a los 24 km de la cuenca. En este punto empieza el descenso y a 48 km de la cumbre se cruza con el cañadón de Chichinales a 16 metros debajo, siempre respecto del nivel de río Neuquén. Este cañadón tiene su origen hacia el noreste e independientemente de la cuenca. El ingeniero Cipolletti informaba respecto a la cuenca propiamente dicha que hay cerca del río "una playa o terreno bajo de tres kilómetros que separan la cuenca Vidal con el cauce del río Neuquén y que sube en plano inclinado desde la primera hacia la segunda en tres metros sobre el nivel ordinario de las aguas. Que cuando el río crece unos dos metros sobre el nivel ordinario empieza a entrar agua por zanjones y que apenas supera los tres metros, se desborda por todo el frente y penetra en la cuenca por el cauce." La comisión del ingeniero Cipolletti visitó la cuenca tres meses después de la creciente de diciembre y enero, encontrando en una zona del fondo de la cuenca indicios de haber llegado el agua hasta dos metros de altura, aunque en el momento de su visita no quedaba ya más que salitrales y pantanos. En julio de 1899 el caudal del río fue 8.199 m3/seg. En la cuenca Vidal en cotas intermedias existían ojos de agua en donde se establecían puestos para la cría de animales. En una de esas en 1904 Francisco Pascual Dehais y familia se establecieron unos meses para restablecer el estado de los animales venidos de Chos Malal y seguir luego a Catriel. La construcción del canal derivador de crecientes al lago Pellegrini fue preparado para erogar 3.000 m3/s. y el día 9 de junio de 1914 ingresa su primera avalancha y alcanza el río Neuquén los 7,70 metros de altura con 5.500 m3/s en Paso de Indios. Ello obligó a los puesteros de los ojos de agua de la cuenca a retirarse del lugar y trasladarse a nuevos asentamientos en cotas más elevadas o alejarse de la zona. Al futuro lago ya lo habían designado "Pellegrini" al colocarse de la piedra fundamental en el discurso que pronunciara Ezequiel Ramos Mejía el 17 de marzo de 1910 diciendo: "He pedido al Señor Presidente este nombre caro al corazón de los argentinos para el futuro mar interior, en recuerdo de que con su dedo profético el gran estadista me apuntó la iniciativa que hoy comenzamos a realizar, cuando me dijo, al presentar al Congreso Nacional el proyecto primitivo de la Ley de Fomento: ´ Agrégale la irrigación del río Neuquén y dedícale todos tus esfuerzos, que no habrá nada más grande en nuestro país´". Dicen que originalmente la cuenca Vidal se la conocía como "de las truchas" lo cual no se condice debido a que en la zona más baja existía un salitral, según informe de Lange, quizás se deba a una laguna formada por los ojos de agua existentes. Relacionado a los que lo habitaban, Salvador Alfredo Kossmann nos hace un relato en una publicación realizada en octubre de 1973 de Cinco Saltos titulada "Nuestro Rincón de la Patagonia", que en página 52 expresaba: "En 1901 venía mi padre desde La Pampa, a fin de que don Miguel Muñoz le otorgara un poder para administrar unos bienes que éste allí tenía". Señala que "saliendo de Catriel no encontré ningún habitante hasta que llegué a la costa de la entonces Cuenca Vidal, hoy Lago Pellegrini. Como venía de a caballo y con uno de tiro, al llegar a la cuenca le fue ofrecido alojamiento por Doña Juana Cotal (chilena). De esa familia desciende don Julio Zúñiga de Cipolletti. Se dedicaban a la ganadería y en esa oportunidad y siempre, fueron atentos y hospitalarios". Agrega además que "en el lado norte de la cuenca vivía un señor Anacleto quien abasteció de carne a las obras junto con las familias Palomo y Mendoza". Cuando he visitado los registros civiles de General Roca y Cipolletti he constatado que se mantiene la designación de Cuenca Vidal o Vidal hasta aproximadamente 1915 en que al ingresar agua por las crecientes se lo nombra ya lago Pellegrini. Según recuerda Petrona Dolores Domínguez de Scianca había una familia cuyo jefe era Francisco Cotal y estaba en un puesto de un ojo de agua de la Cuenca Vidal. En aquel año, presumiblemente 1896, doña Petrona tenía 8 años y viajó dos veces con un grupo de niñas del Colegio María Auxiliadora de Roca a lo de don Francisco. El ingeniero Lange, en 1904, por recomendación de Cipolletti realiza su nivelación y mensura de la cuenca Vidal y describe la existencia de pobladores como el puesto de doña Juana Cotal en un ojo de agua cercano a las salinas donde tenía animales. Pasada la primer creciente del río, la segundo ocurre el 29 de mayo de 1915 a las 13 horas cuando en el control de Paso de Indios le informaban de una crecida de un caudal de 2.526 m3/s. Es retirado el tapón y se libera hacia la cuenca unos 860 m3/s, caudal que se deja de enviar el primero de junio a las 13 horas. En julio de 1915 por otra creciente del río de 4.707 m3 se derivaron 1.300 m3/s; el 16 de junio de 1945 con un caudal del río de 4.943 se derivaron 1.390 m3/s y en junio de 1949 al haber dos crecientes una de 3.107 y la otra de 3.550 m3/s también se derivó agua. El lago Pellegrini a causa de esas crecientes 1936 se llenó hasta cota 267,60 metros sobre el nivel del mar (m. s. n. m.), en 1937 no se largó y baja a 257,79 m.; en 1938 se largo y subió a 267,05; en 1939 subió a 268,74; 1940 continua bajando hasta 1944 que llega a los 270,82; en 1945 sube a 273,41. De 1946 a 1948 baja a 269,90; de 1949 sube hasta 1951, año en que llega a 275,97 m. s. n. m. Durante 2001 se establece una cota media mínima para poder realizar construcciones y cultivos en la zona de la Península Ruca Co y en el perímetro de lago de 274 m. s. n. m. dado que la cota media del lago se estableció en 271 m. El proyecto del canal principal Alto Valle El ingeniero Cipolletti es conocido en nuestro país por haber realizado obras de irrigación en Mendoza en 1889 de los diques y obras de riego en los ríos Mendoza y Tunuyán, tanto que en agradecimiento en años recientes se designan al correspondiente del río Mendoza "Dique Cipolletti" y al del río Tunuyán "Tiburcio Benegas". Terminadas esas obras en 1898 y enterarse el gobierno nacional cuyo presidente era el general Julio Argentino Roca (quien realizara la expedición al desierto en 1879) al ponderar el enorme caudal de los ríos Colorado, Limay, Neuquén y Negro lo hace venir a Cipolletti y le ofrece el estudio de esos ríos. El 31 de diciembre de 1898 de conformidad con la Ley Nº 3927 se firma el Decreto designándoselo para que recorra y "redacte una memoria preliminar sobre el mejor y más conveniente aprovechamiento de las aguas de los mencionados ríos", convenio que firman el presidente y su ministro de Obras Públicas, Emilio Civit. De inmediato Cipolletti designa a los ingenieros Gunardo Lange, Leonardo Bohon, Orestes Vulpani y Federico Campoleiti como colaboradores para las labores de campo y gabinete iniciándose en febrero de 1899 y terminando a fines de mayo con un recorrido a caballo que partía desde el nacimiento hasta su desembocadura en el mar de los ríos Colorado, Neuquén, Limay y Negro. Terminado ese trabajo regresan a Buenos Aires a mediados de junio de 1899 y el 6 de septiembre de 1899 elevan la memoria el ministerio de Obras Públicas en unas 300 páginas entre informe y planos. Durante ese interin, el general Roca el 31 de mayo de 1899 con una comitiva viene a inaugurar el tramo ferroviario Bahía Blanca - Neuquén. A causa de la gran crecida del Negro tiene que realizar el acto en Chimpay al no poder atravesar la zona de Julián Romero por estar cubierta la vía férrea con gran espesor de agua. Allí en una parte de su discurso manifestaba "no pasarán muchos años sin que este valle del río Negro, principalmente, a semejanza del valle del Nilo, dotado de una fertilidad igualmente asombrosa, se convierta en un emporio de producción agrícola y de riqueza." Y qué cierto fue. Cipolletti terminada esa labor regresa con la familia a Roma en 1900 y una vez terminada la crisis de 1907 debido a un posible conflicto con Chile, el nuevo presidente José Figueroa Alcorta le encarga al ministro de Obras Públicas Exequiel Ramos Mejía que se comunique con embajador en Roma, Roque Sáenz Peña, y contrate nuevamente a Cipolletti para que lleve a cabo el proyecto de irrigar el valle del río Negro. Cipolletti acepta y viene con la familia y los ingenieros italianos Severini, Kampo, Cantutti, Apolinario Passalacqua, Vulpani siguiéndole seguidamente Zino, Girardi y Boloni. La familia de Cipolletti estaba integrada por doña Ida Grossi y sus hijos Pedro, Luis, Benedicta y Emilio, de los cuales el más chico era argentino. Se embarcan el 18 de enero de 1908 en el vapor "Tomaso de Savoia" y a los pocos días una afección hepática frente a las Islas Canarias se le complica con su diabetes y muere el 23 de enero de 1908 a los 64 años. Llegados a Buenos Aires lo sepultan en la bóveda de los hermanos Devoto y en 1971 es llevado a Mendoza ya que su señora se radica allí quien a los años muere. Debido a su muerte del ingeniero en ese mismo año en el dique del río Mendoza se construye un monumento en reconocimiento a su labor que lo realiza Dardo Rocha siendo ahí llevados sus restos. En su reemplazo en 1909 el ingeniero Julián Romero como Director de Irrigación propone se designe a Severini como director de las obras que es ratificado por decreto ministerial y secundándolo Cantuti, quienes presentan un nuevo proyecto. Severini al llegar a Cipolletti en 1908 viene acompañado del superintendente de tráfico de Bahía Blanca del F. C. Sud Mister Coleman, de Sir Henry Bell presidente del directorio del F. C. Sud en Londres y otros ingleses. Para agasajarlos se realizo un almuerzo en las proximidades de Cinco Saltos donde también se encontraban personalidades del valle como don Patricio Piñeiro Sorondo, Jorge González Larrosa, Daponte Ribeiro y otros. Primeramente la comisión de Severini se instaló en la fonda de don José Delfino que era el único hotel de Cipolletti que se llamaba "Estación Kilómetro 1240". Como el mismo tenía habitaciones con piso de tierra, el coronel Fernández Oro al ver esa situación le facilita a la comisión la casa particular de su estancia que estaba ubicada al sud de la ruta 22 y al oeste de la prolongación de la calle Luis Toschi. Severini se dedica primero a construir oficinas en Cipolletti que aún existen y se conocen actualmente como Inspección de Riego, ubicada sobre calle San Luis camino a Ferri. Una vez terminado es inaugurado en 1914, compuesto de oficinas y habitaciones para el personal. Se construyó con paredes de fibrocemento Eternit que no dieron resultado por los grandes cambios de temperatura de la zona. Desde ahí viajaba al dique hasta que se dio término a la construcción de los locales y habitaciones que allí se hacían. En el dique las construcciones se ubicaron paralelas al canal como actualmente se las conoce y las casas para el personal se iniciaron del otro lado del canal confeccionado en adobe con revoque a la cal y techo de chapas de zinc. Los galpones y depósitos para materiales se hicieron en estructura de madera con revestimiento tanto en las paredes como en su cielorraso. Su techo era de chapas de zinc, en tanto el piso fue construido de madera y a un metro del suelo. Recuerdan que cuando éstas se construían, los vista don José Delfino que estaba invitado a almorzar por Severini y cuando recorre las obras éste le manifiesta ver los pisos un poco bajos y Severini le contesta: "No mi amigo, de acuerdo al estudio es la altura justa y necesaria". Don José le relató que conocía por experiencia hasta donde llegaban las aguas del río Neuquén en crecidas, comentario que fue corroborado en mayo de 1911 cuando una creciente alcanzó el nivel del piso del citado galpón. Dicha experiencia le sirvió a Severini para ajustar más el proyecto del dique como veremos, aunque ya conocía la de 1899 que destruyó el puente de madera en construcción del ferrocarril en Cipolletti y que obligó a levantarlo más alto, más largo y 100 metros aguas arriba. Las obras del dique Cordero y el canal se iniciaron el 17 de marzo de 1910 con un acto en que se colocó la piedra fundamental y el 26 de septiembre del mismo año se firma con el ferrocarril la realización de la red de riego hasta Ingeniero Huergo. La obra de construcción del canal principal se desarrolló lentamente, quedando inconclusa por el término de 8 años a raíz de la gran crecida del Neuquén en 1911 y por la guerra entre 1914 y 1918. Severini presentó dos proyectos de construcción del gran canal. En el primero tenía como objetivo tratar de levantar el nivel de agua lo más posible para que el canal fuera por la barda Norte que limita el valle a fin de alimentar poblaciones y aprovechar los grandes saltos para construir usinas hidráulicas, que fue desechado por ser el más costoso. El segundo iría por la mitad del faldeo y similar al anterior. Ambos consideraban el riego de la planicie al observar en los bajos partes muy buenas que tenían afloramientos de piedras pero que al hacer un pozo de pocos centímetros estos desaparecían y surgían tierras aptas. Pasados unos años llega a la obra un ministro de la Nación con Severini y para agasajarlos se realiza un almuerzo en compañía de personalidades del valle. Durante el almuerzo el ministro le pregunta a Severini cuánto va a costar la obra, dato que contesta en el acto y el ministro responde "¡Qué disparate! ¡Cuantas cosas se podrían hacer en los alrededores de Buenos Aires con esa plata y no venir a enterrar semejante suma en este desierto!". Los vecinos al oír esto se fueron retirando uno a uno hasta que quedo solo con su comitiva y algunos empleados nacionales. En el proyecto Severini propone la desviación del río Neuquén a la cuenca Vidal y desde allí por un túnel en la meseta salir a Cinco Saltos, aconsejando además una variante para que el sistema de riego parta directamente desde Contralmirante Cordero y llegue a Chichinales plan que finalmente se aprueba. Como por Ley de irrigación Nº 6546 estaban autorizados a contratar empresas ferroviarias sin obtener ganancias ni pérdidas en zonas servidas por las mismas, esa circunstancia permitió un acuerdo con Ferrocarril del Sud, que viendo la posibilidad y la conveniencia de poder incrementar los fletes, hace que previamente consulten al ingeniero R. G. Kennedy, que había trabajado en la India, para que estudie la factibilidad de su ejecución. Este hace un análisis y aconseja no aceptar la construcción total de la obra, manifestando que únicamente podían hacerse cargo de la construcción del canal principal y los secundarios en el Valle Superior pero no la construcción del dique y su desviación a la Cuenca Vidal que proyectara Severini y haciéndole algunos reparos al proyecto. Una vez acordada las condiciones se inicia la construcción del principal y secundarios por el ferrocarril Sud contratando al ing. constructor R. G. Garrow para ejecutar los mismos y sus obras de arte. Una vez terminado el trabajo es designado ing. jefe en el F. C. Sud. Garrow había construido importantes obras en Egipto bajo las órdenes de Sir Wilson Garstin que era asesor técnico del ministerio de Obras Públicas de ese país. En marzo de 1911 A. L. Webb, subsecretario del Departamento de Irrigación de Egipto, se encontró en Asuan con el ingeniero Agustín Mercau inspector general de estudios y proyectos de la Dirección de Irrigación de la República Argentina y le presentó a Garrow quien lo llevó a ver las obras que estaba dirigiendo dándoles las explicaciones del proyecto. Garrow salió de Liverpool en el barco Oronza el 20 de abril de 1911. Al llegar es trasladado de inmediato al lugar y el 10 de junio de ese mismo año presenta un amplio informe de lo que el ferrocarril tenía que construir. Este introdujo algunas mejoras y detalles de la obra a realizar que fueron aprobadas por la Dirección General de Irrigación y de inmediato la comisión designada por el gobierno en mayo de 1911 realiza el replanteo del proyecto. El trabajo de los primeros 14 kilómetros del canal empezó el 1º de agosto luego de haberse construido 30 kilómetros del ramal férreo entre Cipolletti y Cordero, inaugurado el 25 de junio de 1910. Fueron presentados dos proyectos a la Dirección de Irrigación para la construcción del canal principal, El A por Cantuti para realizarlo por gravitación natural y yendo por terreno natural y el B por Alexandre que era llevarlo por la falda de las barrancas exigiendo elevar mecánicamente el agua unos 20 metros y realizar terraplenes. El costo inicial del A era de $ 2.400.000 m/n y el B de $ 5.700.000. Se aceptó el A por menos costoso. En el proyecto entraban el canal principal y los secundarios, en tanto los terciarios debían ser construidos por los propietarios. Respecto a los terciarios Jaime MacDonald en sus memorias relata que al poco tiempo de llegar, en la primavera de 1921 había puesto a dos indios chilenos, padre e hijo para que emparejaran con una mula y un caballo huesudo el campo. Al terminar la labor era urgente regarlo para que los vientos no arruinen el trabajo, necesitando por lo tanto ir a la compuerta derivadora del secundario "La Picasa" ubicada hoy en la rotonda de la ruta 151 y levantar la hoja de la compuerta que aún no tenía candado. Deriva el agua y regresa quedándose a la espera, pero no llega. Se le ocurre pensar que se la habrían sacado y retorna a la compuerta encontrándose en el camino con Adrián Alemanni y su hijo Lino regando su predio mediante la obstrucción del canal con un tapón. Don Jaime ve esto y lo increpa ofuscado en inglés, en tanto Adrián le contesta en su dialecto parmesano. De resultas que no se entienden y tratan de hacerlo mediante ademanes en la que Adrián lo da por terminado levantando los brazos y yendo al canal para sacar el tapón. Jaime regresa con sonrisa de triunfo y queda a la espera nuevamente del agua que no llega. Vuelve sumamente enojado, pero esta vez decide ir orillando el terciario y constata que en uno de los terraplenes del canal que recientemente había hecho construir por ser tierra suelta se había originado una gran rotura. Al repararla finalmente pudo regar. Respecto a quienes proyectaron las obras principales fueron los ingenieros O. Krause, R. Iturbe, J. Molina Civit y E. V. Lange. El contrato fue firmado por R. de Candolle como gerente del Ferrocarril del Sud por un valor inicial de 3.427.200 pesos oro que se estimó se podría incrementar en un 15 % para llegar a 4.032.000 pesos oro, es decir unas 800.000 libras esterlinas. Con dicho importe se construyo la red de riego del canal principal y los secundarios hasta el kilómetro 104 que terminaba en Huergo finalizándose los trabajos en marzo de 1921. La red de Villa Regina y Chichinales fue proyectada, construida y administrada entre 1924 y 1926 por Rodolfo Ballester, además del canal de la Colonia Centenario. José Cantutte, ayudante de Severini, realizó los levantamientos topográficos de la zona 1ra. y 2da. que corresponden a Cinco Saltos y Cipolletti. Alexandre realizó la topografía desde la Cuenca Vidal hacia Roca con el propósito de poder regar la meseta. Gunardo Lange y Oscar Walhquist se encargaron de colocar las escalas en los lagos y ríos para medir los caudales y de hacer los anteproyectos y presupuestos para construir presas a la salida de los lagos del Limay. Al respecto de Lange existe un libro realizado en 1904 de dichos trabajos. Luis Kambo trabajó como segundo jefe al frente del Dique Neuquén y cuando Severini fue designado en 1911 Director de Irrigación le sucedió en el cargo que lo mantuvo hasta 1917 en que se retira para irse a Italia y designan en su reemplazo al ingeniero Ballester. La gran creciente del Neuquén de 1915 fue la mayor registrada y destruyó la bocatoma del canal Lucinda y en menor escala la del canal Roca. La estación férrea de Cipolletti quedó rodeada de agua, lo que obligó a acelerar la construcción del canal principal y poder darle agua en marzo de 1916 a Cinco Saltos y en septiembre del mismo año a la colonia Lucinda. Este canal designando inicialmente como Lucinda paso por una nueva redistribución y se llamó secundario ll al haberse realizado algunas extensiones en 1922 en la zona de la costa, lo que llevó la superficie bajo riego a 6.800 ha. y regar las zonas de las estaciones Ferri y Cipolletti. En cuanto a las tierras que hoy corresponden a la localidad de Fernández Oro, que también eran de la colonia Lucinda se las hizo regar por el secundario lll, canal que fue conectado a la red antigua para continuar regando de Allen a Roca. El edificio de la Intendencia de Riego de Cipolletti fue declarado de interés histórico, arquitectónico, paisajístico y cultural por Ordenanza Municipal Nº 287/94 con fecha 29 de setiembre de 1994 y promulgada por Resolución Municipal N° 1951/94. Hoy dicha intendencia se encuentra ocupada por personal del Departamento Provincial de Aguas y el Consorcio de Regantes de Cipolletti. A los restantes canales secundarios III, IV, V, VI y VII se les dio agua en marzo de 1921 y a los restantes secundarios del VIII al XVII a partir de 1928. Las características del puente dique. En el proyecto participaron Severini, Luis Kambo y César Pozzi y lo continuaron otros profesionales como el ingeniero Apolinario Passalacqua. Las obras se iniciaron el primero de enero de 1910 y el 17 de marzo de ese año se colocó la piedra fundamental. El dique y el canal desviador fueron realizados por administración directa, siendo su director Decio Severini apoyados por Luis Kambo y César Pozzi y los que le siguieron, entre ellos Apolinario Passalacqua. El proyecto inicial era de construir un dique de 12 vanos con 7 compuertas de 20 metros de ancho y 4 de altura accionadas por electromotores que servían para regular la entrada al canal y las crecientes. A causa de la creciente del 10 de mayo de 1911 que fue de 4.500 m3 o sea 1.000 metros cúbicos más de lo calculado, el puente dique se amplió entre 1928 y 1931 a 276 metros pasando a 17 vanos con 12 compuertas tipo Stoney del mismo ancho que lo proyecta el ing. Passalacqua. Las compuertas para el canal de alimentación se mantuvieron en 42 metros de largo con 7 compuertas de 5 metros. Se construyó además el canal desviador de crecidas de 500 metros de ancho con un umbral de hormigón un metro más alto con el fin de prevenir erosiones del cauce. El costo del puente y sus anexos se estimó inicialmente en $ 3.460.598,80 que al hacerse algunas variantes se incrementó en $ 1.500.000 más. El puente dique se construyó para erogar según Severini hasta 3500 m3 y Kambo lo amplio en 1915 para 5.000 m3. El canal principal y los desagües El canal alimentador que abastece al canal principal fue proyectado por José Cantutti, que lo construyó partiendo de las compuertas en la bocatoma con el río para un caudal de 103 metros cúbicos hasta la progresiva 4,509 kilómetros. En dicha progresiva se reduce el caudal a 65 metros cúbicos. En ese lugar se construyeron un partidor para derivar los excedentes hasta 36 m3 al lago Pellegrini y un canal de riego denominado secundario I o "La Picasa" para regar Cinco Saltos. Se construyeron en su trayecto cuatro saltos. Desde esta progresiva pasa a ser el principal propiamente dicho y su caudal se reduce a 45 m3 hasta progresiva 7,993 km. En progresiva km. 19,078 se deriva el canal secundario II o Lucinda que eroga 5,842 m3 y se construyen en su recorrido cinco saltos. El canal continúa con 37,40 m3 hasta la progresiva 33,736 extrayéndose para el canal secundario III unos 11,300 m3 utilizado para regar Fernández Oro, Allen y parte de Roca ya que éste descarga en el Canal de los Milicos. Posee en su recorrido cuatro saltos. Prosigue el principal con 22,89 m3 hasta progresiva 72,980 con siete saltos hasta Gral. Roca donde se derivan 2,160 m3 para el canal secundario Pozzi y 1,33 para el canal secundario V. El caudal del principal se reduce a 19,46 m3 hasta la progresiva 88,84 donde parten el secundario VI con 2,27 m3 y el VII con 2,834. Continúa el canal llegando a Huergo a progresiva 101,04 donde se derivan por canal secundario VIII unos 1,28 m3. El principal prosigue hasta progresiva 110,8 donde salen el secundario IX con 0,352 m3, el secundario X con 0,700, el secundario XI con 2,745 y el XII con 1,873 . En progresiva 119,458 derivan el sec. XIII con 0,548 y el XIV con 0,75. En progresiva 128,1 salen el sec. XV con 1,055 y sec. XVI con unos 0,40 m3 y en Chichinales desde progresiva 128,1 sigue el principal partiendo con 1,06 m3 hasta la 129,956 donde termina. Resumiendo, diremos que el canal tiene una longitud de casi 130 km. y un desnivel superado por saltos de 105,03 m. Respecto a la pendiente el mismo se inicia con 0,13 m. por kilómetro y termina en 0,40 m. en tramo último. En lo que respecta a desagües, antes de iniciarse el riego ya había manifestaciones de salinas que se evidenciaron a partir de 1920. Desde abril de 1930 a enero de 1932 el F. C. del Sud realiza un estudio sobre el incremento de la napa freática, la pérdida de los canales y drenajes existentes, la influencia que origina el Lago Pellegrini y las corriente del los ríos. Se llegó a las siguientes conclusiones: Que la elevación del nivel freático se debe a las infiltraciones de los canales, al insuficiente drenaje, a la poca profundidad e inadecuada pendiente de estos y al abuso del agua de riego. Que las aguas del Lago Pellegrini no tienen ninguna influencia y que las crecientes de los ríos influencian únicamente los predios de sus costas. Por ello se aconsejó revestir los canales, profundizar y darle mayor pendiente a los desagües y aumentar su número. Quienes trabajaron en las obras del canal principal Los obreros que trabajaron contratados directamente o subcontratados por las empresas o contratistas en las obras del dique y en los canales lo hacían de sol a sol, salvo excepciones como en trabajos especiales de cámaras neumáticas de pilotaje que lo hacían por hora según profundidad. A los de mayor profundidad y presión lo hacían menos horas y por turnos. Tenían que saber nadar para casos de emergencia por la detención del compresor de aire por llenarse de agua rápidamente la campana. En cuanto a la asignación mensual del personal este variaba según la especialidad. Por ejemplo los que construían los canales con carretilla pala y tablón se les pagaba 30 pesos, la comida y una carpa y a otros que lo hacían por m3 extraído, se les daba carpa y sin comida. Los trabajadores de las campanas neumáticas de pilotaje eran los que más ganaban, superando a los capataces. La mayoría eran españoles e italianos recién llegados que trataban de ahorrar para comprare tierras de cultivo en el valle o hacer alguna otra inversión. El horario de comidas para los jornaleros: por la mañana se les daba media hora para el desayuno; a los mensuales se les daba café o mate cocido con un trozo de galleta de campo, al mediodía tenían dos horas en invierno y tres en verano para almorzar. Generalmente era un puchero de arroz o fideos con un trozo abundante de carne que podría ser de oveja, chivo o vaca según disponibilidad. Se le solía agregar zapallo, papa, cebolla y choclos según época. Por la tarde media hora para el mate cocido con trozo de galleta y una vez entrado el sol se cenaba un guiso que se confeccionaba picando la carne y fritándola con su misma grasa en una olla que generalmente era de fundición apoyada sobre un trébede a fuego directo. Se le agregaba también arroz o fideos. Luego se iban a dormir cansados en carpas provistas de colchones o algo similar en el suelo. Por la mañana a la salida del sol retornaban a las labores. Llegado el sábado, ya de noche después de cenar muchos se iban a sus casas por distintos medios, especialmente caminando y al anochecer del domingo se reintegraban nuevamente. La proveeduría de Cordero era la encargada de proveer el agua, arroz, fideos, carne, café, yerba, azúcar, sal, condimentos y otros productos a los campamentos.
Algunos de los que participaron en las obras A.- Que trabajaron con carretilla, pala y tablón en canal principal. 1.- José Pellegrina entró a trabajar en 1918 en canal principal frente a Allen por $ 30 por mes con comida y alojamiento. Con sus ahorros compra una chacra en Cipolletti que emparejan y la cultivan. 2.- Constancio y Miguel Quijano ingresan en 1912 hasta 1915 para regresar a España y luego volver a Cinco Saltos para instalar un comercio de ramos generales. 3.- Asencio Adriano Fuentes lo hace frente a Cipolletti en 1921 y con los ahorros compra tierras. 4.- Gregorio Martínez Corbin en 1913 trabaja en canal principal a la altura de Cte. Cordero y compra tierras para cultivarlas en Cinco Saltos. 5.- José Almanza ingresa en 1915 por unos años y compra en Cinco Saltos una propiedad que la cultiva con hortalizas y luego la planta de frutales. 6.- Aniceto Arredondo se inicia en 1915 y a los años compra tierras de cultivo en Cinco Saltos. 7.- Ángelo Cervi Gallina relata que en 1924 llega una persona a Bahía Blanca buscando obreros para trabajar en el canal principal que estaba llegando a Villa Regina. Primeramente lo contratan para trabajar en la construcción de los canales secundarios de la zona y terminado el mismo lo toman para el ensanchar el canal Lucinda hasta las cuatro esquinas. Al gustarle este lugar ingresa a La Mayorina y con los ahorros compra una chacra en Cuatro Esquinas de Cipolletti. B.- Los que trabajaron en decauville como maquinistas y obreros. 1.- Antonio Belli en 1912 al gustarle esa actividad ingresa como foguista de locomotoras del decauville para terraplenar los accesos a los puentes y banquinas de los canales. Aprendido el oficio pasa a maquinista trabajando varios años. Con los ahorros compra un predio en Cinco Saltos que mejora y planta con frutales. Contaba don Antonio que debido a que el cemento venía importado de Inglaterra en tambores de 200 k y como se usaban muchos, éstos se regalaban. El fue uno de los receptores y los utilizó abriéndolos para construir el techo de un galpón en su chacra. Este galpón fue cedido como aula años después para crear la escuela 88 de Cinco Saltos. 2.- Antonio Aloi ingresa como maquinista de decauville en 1913 en las obras del dique permaneciendo hasta 1931, cuando se dan por terminadas las tareas. Al año siguiente ingresa a la yesera de Cinco Saltos para continuar con el mismo trabajo transportando el personal a las canteras y retornar cargado con piedras de yeso a la fábrica. 3.- Rubén Darío Guyot Dehais se inicia como foguista y pasa a los años a maquinista de las locomóviles que movían las vagonetas hasta 1935 donde renuncia, compra un camión Ford 32 y se dedica a fletear. 4.- Evaristo Del Egido ingresa en 1914, trabaja cargando vagonetas con tierra a pala para construir los terraplenes del puente. Con los ahorros compra una chacra en Cinco Saltos. C.- Engrasadores de la maquinaria del Dique. 1.- Luis Rómulo Dehais entra a los 14 años y trabaja como engrasador de la maquinaria del dique en Cordero entre 1918 y 1922. Con lo ahorrado compra una chacrita en hoy Cordero. D.- Los que trabajaron en la administración. 1.- Maximino Ledesma fue auxiliar de contaduría de las obras del dique por varios años y renuncia en septiembre de 1924. Se casa y se va a trabajar unos años a Catriel y regresando para establecerse en Cipolletti y poner una imprenta que la complemento con la publicación del periódico conocido como "El Social" desde marzo de 1929 hasta 1952, cuando lo deja por razones de salud. Fue también dirigente de fútbol. 2.- Egidio Estéfano Bocci trabajador administrativo en las obras del dique hasta 1917, renuncia para radicarse en Catriel donde lo designan Juez de Paz. F.- Mensajero para el traslado de correspondencia a caballo. 1.- A Cesáreo Cancio lo contratan para transportar con caballo propio la correspondencia a los distintos distritos por la banquina del canal. Posteriormente aprende el manejo de locomotoras y se retira en 1927 para radicarse en Cinco Saltos e instalar una carnicería y repartir en las chacras. G.- Que trabajaron en los saltos del canal principal. 1.- Vicente Cervera Atencio lo hizo en los cuatro saltos frente a Cinco Saltos en 1912 extrayendo tierra con tablón, pala y carretilla. Vivía en Allen, yéndose a su casa los sábados por la noche y regresar los domingos. En el campamento le daban alojamiento y comida hasta 1913 en que se va a España para regresar en 1915 e ingresar como guardahilos en la telefónica de Cipolletti. A su señora doña Rosa Atencia la designan telefonista, trabajo que ambos dejan en 1915 para comprar una chacra en Cipolletti, lugar donde estuvo el fortín Primera División en su segundo traslado y se produjera el ataque de los indios en 1880. H.- Fleteros con carros. 1.- Juan Fuentes desde 1913 con sus carros de mulas abasteció de leña matacebo que extraía con cuadrillas en el monte y la transportaba a Cordero para las locomotoras del decauville, el comedor, gamelas y panadería. Con sus ahorros adquiere una chacra. 2.- Juan Bautista Arévalo fue el primero en transportar con sus carros de mulas los materiales para la obra en 1912 desde Cipolletti hasta el dique. Con las utilidades adquiere una chacra en Cipolletti que la mejora con alfalfa y con frutales en 1928. I.- Que trabajaron en la proveeduría del dique. 1.- Teodoro Muller lo hace como jefe de almacenes en el dique entre 1918 y 1926. Durante 1923 compra una chacra de 11 hectáreas en Cinco Saltos que empareja y siembra de alfalfa, renunciando en 1926 para dedicarse a la apicultura por haber muchos alfalfares en la zona. La primera plantación la realiza con durazneros el 1922 y en 1924 se inicia con manzanos que compra Carlos Bartels, quien había traído una colección desde Europa. 2.- Amador Guyot Dehais, a los trece años, se inicia como ayudante de carpintería en 1915 y en 1920 lo designan cadete de la proveeduría de Cordero. Con los años llega a jefe de la misma y con los ahorros compra chacra en el hoy Cordero que la planta de frutales. J.- Los abastecedores de la proveeduría del Dique. 1.- Segundo Clemente Plaza luego de haber atendido animales en 1911 y hasta 1913 en el cerro Auca Mahuida se radica con los obtenidos de la medianería en un ojo de agua ubicado en la zona hoy denominada "El Quince" en 1913. A partir de ese año se hace proveedor de carne en las obras del dique hasta 1920. 2.- Pedro Serer, de oficio tonelero, quien trabajo un año en Mendoza y viene a Cipolletti para atender el predio de 600 hectáreas de don Miguel Muñoz quien las adquiriera por construcción del canal Lucinda en 1904. Compra en 1912 un predio en Cinco Saltos de 6 hectáreas que explota inicialmente con verduras y viña para hacer vino y que vende desde 1913 a la proveeduría del dique, a las gamelas del canal principal, secundarios, a los obreros y colonos mediante un sulky. Cuenta que a su primera vivienda de la chacra hizo las paredes con fardos de pasto y que luego construyó un rancho de paja y barro. 3.- Maximino Ferrero se dedicó a fabricar ladrillos en provincia de Buenos Aires hasta 1912 en que se va España regresando de inmediato. En busca de mejores horizontes se entera que necesitaban personal en las obras del dique y se viene a trabajar como carretillero hasta 1915. En esos años conoce al señor Martín Font y al observar en 1913 la gran carencia de pan en las obras y Cinco Saltos resuelven instalarse en esta última. Hacia 1915 ya reunidos unos ahorros ambos renuncian al trabajo y se instalan alquilando en la avenida General Paz y esquina ex ruta 151 un galpón de adobe propiedad de don Benjamin Taladriz. Allí construyen piletas de hormigón donde los primeros años amasaban pisando la harina. Esa harina era transportaba por tren a la estación de Cinco Saltos y llevada en los primeros años desde la estación en carretilla distante seis cuadras. En el exterior del edificio construyeron un horno de adobe para el cocinado del pan. Se repartieron el trabajo, Font se dedico al amasado y horneado del pan levantándose a las cinco de la mañana y Ferrero al reparto. La zona de influencia era de la Colonia La Picasa hoy Cinco Saltos hasta las obras del dique en Cordero. El reparto a las obras lo hacían mediante una zorra vía tirada por un caballo tordillo que llamaban "triste", trabajo que hizo hasta 1924. Durante 1925 adquieren una jardinera que la tira el mismo caballo hasta 1930 que muere por viejo. 4.- José Montelpare, italiano venido de Bahía Blanca a Cipolletti en 1911 para trabajar primeramente en el establecimiento de Peuser y con el dinero reunido comprar un lote de 7 hectáreas. Al necesitar recursos para mejorarla sale a trabajar en las chacras y por las noches se dedicó a desmontarla y emparejarla para dedicarse a producir hortalizas y alfalfa. Cuando ya su situación económica mejora, intensifica la producción de verduras que sale a venderla en el dique transportándola en carreta desde Cipolletti que le demandaba tres días. Mejorado ese suelo lo planta de frutales en 1915. K.- Los que trabajaron como albañiles. 1.- José Martins trabaja inicialmente como peón albañil en la construcción del dique en 1913 y al aprender el oficio lo designan albañil hasta 1915, cuando fallece. Como habían adquirido a plazos una chacra de 2 hectáreas en Cinco Saltos su esposa doña Carmen Barbero para poder terminar de pagarla sale a trabajar lavándole la ropa a las cuadrillas del canal y a familias del pueblo. 2.- Bernardo Roldán, de oficio carpintero, que ingresa al ferrocarril en Bahía Blanca y en 1922 se radica en Allen donde construye algunos puentes de madera en los secundarios por contrato. En 1930 se va a trabajar a Huergo y en 1933 se radica en Cinco Saltos. 3.- Ernesto Vitali con su familia llega a Argentina en 1900 y se viene al dique para trabajar como albañil al puente dique desde 1915 a 1925. Se radica en Cinco Saltos en 1928 hasta su muerte en 1925. 4.- Julio Bordi se establece en Cinco Saltos en 1912 realiza trabajos de albañilería en el dique puente de Cordero en 1913 construyendo la escalera caracol y dejando dicho trabajo en 1916. 5.- Martín Artero español llegado a Argentina en 1910 y en 1912 ingresa como albañil al dique. Trabaja unos años e ingresa como cocinero al Hotel Lisboa en Allen. Luego de volver a la actividad del campo termina comprando un lote de 10 hectáreas en Fernández Oro. 6.- Celedonio, José y Cesáreo Cancio Castro, españoles llegados a Argentina entre 1906 y 1908. De Buenos Aires se vienen a Cipolletti y prosiguen en carretas hasta Chos Malal. Al constatar que había poco trabajo por haberse trasladado la capital vuelven a Cipolletti. Trabajan en chacras hasta 1914 e ingresan al dique como obreros hasta 1927. Con los ahorros Celedonio adquiere una chacra mientras José se radica en Cinco Saltos realizando trabajos varios. Cesáreo trabaja como mensajero de a caballo para transportar correspondencia entre los distritos de riego y la intendencia por contrato, siguiendo la banquina del canal. Posteriormente este aprende el manejo de las locomotoras y luego de trabajar unos años pasa a la enfermería del dique retirándose en 1927. Se radica en Cinco Saltos para atender carnicerías. 7.- Ignacio Chinchinichi, de origen ruso, trabajó como albañil en la escalera de caracol del puente y hacia 1919 se radica en Allen por un tiempo yéndose luego a Huergo. 8.- Rinaldo Cruciani, casado en Italia, se viene a la Colonia Lucinda donde trabaja un tiempo y yéndose en busca de su señora y un hijo, que muere en el barco. L o envuelven en la bandera italiana y lo tiran al mar en 1909. Estando en la colonia se entera que había trabajo en el dique: ingresa y trabaja varios años. 9.- Francisco Estévez, español, que una vez terminado el servicio militar se va a Cuba, participa en la guerra de su independencia durante 12 años y hasta 1904. Regresa a España se casa, se viene solo a Argentina en 1909, trabaja en Entre Ríos un tiempo y regresa en busca de su señora. A su retorno con su señora en Buenos Aires se entera que el Coronel Fernández Oro necesitaba personal, lo entrevista y al leer su legajo y antecedentes lo contrata para trabajar en la "Estancia Vieja" en trabajos rurales y a su señora como cocinera. En 1914 se entera de los buenos sueldos que se pagaban en el dique e ingresa para trabajar hasta 1917 y con sus ahorros y antecedentes con el coronel este le vende una chacra de 9 hectáreas. 10.- Provino Gallucci, italiano que trabajó un tiempo en Huergo y continuó en las obras del dique por unos años para terminar adquiriendo 2 hectáreas en Cinco Saltos. 11.- Silvio Maionchi, italiano que llega con su señora y un hijo a Buenos Aires en 1924 donde es contratado por una empresa para trabajar de albañil en las obras del dique desde 1924 a 1927. Con lo ganado compra en Cipolletti 22 hectáreas que la planta de frutales. 12.- Luis Ramos. Apenas llega al país lo contratan para trabajar en el dique desde 1911 a 1917. En 1913 hace venir a su señora Petra Hernández con sus hijas quien parte con la idea de regresar, deseo que no pudo cumplir. Se radican en Cipolletti y compran en 1929 un lote de 8 hectáreas. Doña Petra se dedicó a trabajar para la comunidad y en su reconocimiento el Municipio de Cipolletti la distingue designando una plazoleta con su nombre en 1991. 13.- Lorenzo Raviola llega de Italia a Bahía Blanca. Se casa y se viene al dique para trabajar como albañil en la construcción de la escalera de caracol. Se radica luego en Cipolletti durante 1914 adquiriendo tierras que la planta de frutales. 14.- Juan Bautista Rey llega a Argentina en 1905 y en 1906 a la estación Limay, hoy Cipolletti. Correos lo contrata para transportar correspondencia a caballo a la Picasa o Cinco Saltos y a otras localidades. Trabaja como capataz de 1910 y 1914 en las obras del dique y con deseos de ganar más luego de una revisión médica lo contratan para trabajar en las campanas neumáticas. 15.- Guillermo Torrecillas Morales, español que llega en 1913 para trabajar como albañil en una empresa de las obras dique hasta 1927 en que se termina la actividad. Luego alquila una chacra en Fernández Oro y se casa. L.- Que trabajaron como tomeros. 1.- José Santos Sifuentes fue el primer tomero que ingresa en 1915 para atender el canal secundario I "La Picasa" hasta 1941. 2.- Isidoro, Froilán y Nieves Jañez llegados de España aproximadamente en 1909, ingresan como tomeros hasta 1911 en el canal de los milicos cuando Nielsen era administrador de la Cooperativa de Riego. 3.- Constancio y Manuel Quijano. Al regresar de España en 1920 entra de tomero Constancio y le dan la casa ubicada en los saltos de Cinco Saltos para atender además el teléfono interno entre Regina y el dique. Renuncia en 1921 e ingresa su hermano Manuel, que trabaja hasta 1927 y se establece en la misma casa. Posteriormente se van el pueblo de Cinco Saltos y establecen un comercio de ramos generales. 4.- Juan de Dios Sepúlveda, chileno, se encargó de cuidar la bocatoma del canal Lucinda haciéndolo desde su construcción en 1903 hasta 1912, en que es transferido a la Dirección Nacional de irrigación. 5.- Tránsito Garabito ingresa como tomero en Cipolletti, en 1931 lo trasladan a Cinco Saltos y años después a Chichinales, Godoy y Villa Regina. M.- Cocineros en las gamelas del canal principal. 1.- Asención , señora de José Pellegrina cocina para 30 obreros y a fin poder vivir con su marido que también trabajaba en una cuadrilla del canal, ambos construyen un rancho de paja y barro. N.- Lavado de ropa al personal del canal principal 1.- Carmen Barbero de Martins al morir su esposo en 1915 tiene que salir a trabajar lavándole la ropa a las cuadrillas que construían el canal principal frente a Cinco Saltos. Eso le permitió reunir recursos y poder terminar de pagar la chacra. También atendió parturientas trabajo que ejerció por muchos años en la colonia. O.- Con rastrones en canal principal. 1.- Vicente Oller en 1917 trabajo con rastrones tirado por caballos en el canal principal y también con carretilla, tablón y pala. Luego se radica en Cinco Saltos realizando trabajos varios. P.- Alambrados del canal principal. 1.- Francisco Sola ingresa por contrato en 1914 para construir los alambrados que cerraban el canal principal hasta 1924 por finalizar el trabajo. Se radica en Cinco Saltos compra una chacra de 14 hectáreas que al emparejarla la siembra de alfalfa para engorde de ganado. Q.- Los maestros en la escuela del Dique. 1.- Mariano Viecens una vez recibido de maestro es designado en 1921 en la escuela que había en el dique. Hacia 1923 lo trasladan a Cinco Saltos a la escuela 39 de Cinco Saltos y ese mismo año lo designan director de la escuela 88 ubicada en la chacra del señor Belli quien facilita un galpón hasta que se construya el edificio en la ruta 151. 2.- María Eulogia Espin de Bocci fue maestra hasta 1917, año en que se casa y renuncia para radicarse en Catriel 3.- Elia Escudero de Guyot, maestra y luego directora de escuela del dique hasta su jubilación. R.- Destacamento de Cordero. 1.- Eulalio López, designado en 1917 por el destacamento del dique como cabo para atender "La Picasa", hoy Cinco Saltos, tenía inicialmente como edificio una casilla de un viejo vagón de madera ya sin las ruedas. Como no había calabozo al preso le ataban a una cadena a un pié fijándose la otra punta a un hierro empotrado en el suelo. Jaime MacDonald relata en su libro inédito respecto a la actividad de la policía en aquella época que en 1922 la zona estaba asolada de gente sin trabajo y que generalmente se alojaban al lado de una laguna que había en su predio, que dormían a la intemperie y dejaban las cabalgaduras pastar. Al principio eran corteses y callados, encendían el fuego, desenrollaban las mantas para dormir, sacaban las ollas y ahí se quedaban. A los pocos días traen vino y se inician las riñas. Una mañana en la puerta de entrada de su casa se encuentra con un hombre tirado con su cabeza apoyada sobre el umbral. Pensó que estaba muerto y observa que tenía un gran cuchillo a la cintura que para hacerlo menos peligroso se lo saca y lo acuesta en su cama. Se va al trabajo y cuando regresa se había ido y también los que se encontraban en la laguna. Dice que el cuchillo le quedó y alguien se lo llevó de la misma manera. Como estos campamentos se repetían pide la intervención de la policía para evitar robos y va a verlo quien siempre tenía razones para no ir. Para solucionar el problema tomo una tabla de cajón de kerosene y le pinta un ojo de toro y anillos concéntricos a su alrededor. Esperó que todos se fueran y a la tabla a corta distancia le descarga un tiro que da en el centro y luego once tiros más a su alrededor. Al domingo siguiente tras una nueva gran reunión donde bebieron y riñeron alrededor del lago, don Jaime toma los dos revólveres que se los pone a la cintura y sale, cuelga la tabla sobre un árbol y le descarga doce tiros que no le dieron a la tabla. Recarga los revólveres se los pone en la cartuchera y se va. Se origina un gran silencio y al rato al ver los orificios de la tabla se fueron de prisa y nunca más molestaron. 2.- Montes de Oca fue otro de los que estuvieron a cargo en el dique en 1929. S.- Que trabajaron en campana neumática de los pilares. 1.- Pedro y Francisco Abad, ambos hermanos que permanecieron solteros, llegan a Cipolletti en 1911 y durante 1912 ingresan al dique puente de Cordero para trabajar en la construcción de los pilares del puente. Por ser buenos nadadores y a su vez albañiles los toman para trabajar en los cajones de aire comprimido que tenían como objeto excavar hasta llegar a la roca firme y desde allí poder fundar los pilares que en algunos casos tenían más de 15 metros de profundidad. El mayor riesgo se originaba cuando dejaban de funcionar los compresores que enviaban aire comprimido al cajón, ya que si ello sucedía de inmediato se llenaba de agua la campana y era necesario salir nadando rápidamente para no ahogarse. Según la profundidad del trabajo eran las horas de labor. A más profundidad y presión menos horas y en cuanto a su remuneración esta era tan alta que superaba a lo que percibido por los capataces. Estos hermanos se radican en Cinco Saltos y compran chacra que la terminan plantando de frutales. 2.- Antonio Ávila, de oficio peluquero, se viene con un amigo al dique de Cordero con promesas de buenas perspectivas. En las obras trabaja unos días en la fundación de los pilares del puente y por ser riesgoso retorna al oficio de peluquero instalándose en un lugar del dique llamado los corrales en la costa. Como había mucha población en el obrador, esto le produjo buenos ingresos y a fines de 1913 resuelve ir en busca de su señora e hijo a España. Retorna a Buenos Aires el 13 de junio de 1913 retomando inmediatamente la labor de peluquero que había dejado. Al producirse una gran creciente del río Neuquén en 1915 considera que esto era muy riesgoso y resuelve adquirir en octubre de 1923 una quinta en Cinco Saltos donde se radicó y continuó con el oficio. 3.- Ángel Cicirilo en 1912 trabaja como buzo en la campana neumática para la construcción de los pilares del puente. Al terminar esa labor sigue trabajando en la construcción de puentes y alcantarillas en los canales secundarios. 4.- Bernabé Cuadrado trabaja en 1920 como buzo en la campana neumática y como albañil en canales secundarios. Se radica en Cipolletti. T.- Los que instalaron comercios. 1.- Celestino Boudet carpintero de oficio instala un comercio de ramos generales en Cordero entre 1912 y 1914 que al no resultarle por la existencia de la proveedurìa se va a Cinco Saltos y compra chacra. 2.- Ángel Bartolomé Scianca e hijos instalan un comercio de ramos generales desde el año 1912 a 1915 serrando por competencia de la proveeduría. 3.- Antonio Padin instala en Cipolletti un restaurante en 1906 que se especializa en pastas donde los fines de semana venían ingenieros, técnicos y obreros que trabajan en las obras. Partido de fútbol entre los Obreros Dique y Cinco Saltos. Ver: La cuna del fútbol chacarero
En 1923 Jaime MacDonald relata en sus memorias "que en el dique de Cordero trabajaban un número considerable de empleados, artesanos, capataces, cajeros y de otras actividades y que el equipo de fútbol era bueno y antiguo - por los menos dos años y con fama. El Club de Fútbol de Cordero había acordado con el de Cinco Saltos un partido en la cancha de Cordero (Barda del Medio) que tenía mejor tierra, líneas blancas marcadas, fútbol, arcos propios y se podía tener una cantimplora de agua para el partido. El problema estaba en como llegar ya que la distancia era de unos 17 km y el camino en su mayor parte de tierra y sinuoso usado para ir a Chos Malal. Todos teníamos que ir en sulky o a caballo. Esta dificultad originó la inquietud de solicitarle al ferrocarril que nos prestaran una zorra vía cuya propulsión era a manivela. Concedido el préstamo, el equipo se amontonó y cuatro hombres empezaron a mover las manivelas. Como el trabajo era penoso llegamos acalorados pero nos olvidamos al ser agasajados con grandes saludos y excelentes alojamientos. Era un grupo apiñado donde se mezclaban las alegrías con un poco de risa. Como todos éramos pobres, se usaron pantalones cortados a la rodilla tan remendados que era imposible saber cual era la tela original, en cuanto a la camisa o camiseta no sabíamos si se desintegrarían en algún momento. Los de Cordero poseían camisas correctamente coloreadas y shorts. Fuimos vencidos y durante la espera para el regreso nos dieron mate cocido que era una imitación mala del té, pan y jalea de membrillo." Uno de los mejores jugadores sino el mejor del equipo de Cordero era Maximino Ledesma, que era el tenedor de libros en las oficinas de Irrigación. Línea férrea Cipolletti - Cordero. La construcción de la línea férrea Cipolletti Cordero (hoy Barda del Medio) se hizo mediante la prolongación existente de un desvío que había en Cipolletti y terminaba en una manga para cargar animales a la altura aproximadamente de la calle Moreno de dicha localidad. Fue librada al servicio de cargas y pasajeros el 25 de junio de 1910 y en su trayecto hacía una parada en el kilómetro 1203,500 que posteriormente se llamó estación Cinco Saltos, lugar donde se descargaron parte de los materiales para la construcción del Dique y sus canales, además de establecerse el "campamento de los ingleses" que trabajaron en los canales. Al dique se transportaron las chapas y perfiles para las compuertas, los arcos metálicos para los vanos del puente y otros materiales. Los médicos que se establecieron. En 1910 al iniciarse las obras del dique, se construye una enfermería con algunas habitaciones para enfermos y una botica para los primeros auxilios, destacándose el enfermero Federico Smith, quien actuó desde 1911 a 1924 y posteriormente de 1927 a 1951. El primer médico que trabajó en las obras fue el doctor José Guarnieri con título de médico recibido en Italia y no reconocido en Argentina hasta 1914. Trabajó desde 1910 hasta el año 1913 para radicarse en Cipolletti. Debido a la guerra mundial de 1914 resuelve ofrecer sus servicios a su patria y regresa. Seguidamente lo contratan a Velazco, radicado en Allen. Viajaba una vez por mes en sulky por caminos de tierra sin ripio y en malas condiciones. A causa de esa dificultad, el ferrocarril le proporcionó una zorra tirada por caballo para su traslado. Como la enfermería no poseía el equipamiento necesario para operaciones delicadas, en esos casos se derivaban a centros de mayor complejidad como Bahía Blanca o Buenos Aires. Recién a partir del 15 de febrero de 1925 al ser habilitado el Hospital de Allen con 76 camas a cargo del doctor Ernesto O. Accame, dicho nosocomio los atendió como así a toda la comunidad del Alto Valle. La enfermería de la obra atendía además del personal, a enfermos de localidades vecinas como Cinco Saltos. El primer médico que se radicó contratado por la Dirección General de Irrigación del Ministerio de Obras Públicas de la Nación fue el doctor José Ángel Molteni en 1922. A fin de poder cubrir esa vacante el ingeniero Lorenzo Lépori comisiona a Teodoro Muller, que era jefe de almacenes del dique, para que en uno de sus viajes a Buenos Aires buscara un médico. Contratado dicho médico se mantiene hasta el 30 de diciembre de 1926, fecha en que renuncia y se establece en Cipolletti hasta 1929 en que fallece a causa de una otitis compleja. Era profesional de vocación y muy entregado a su actividad. Recuerda Juan Pesce que poseía un auto Isotta Fraschini 1924 que funcionaba a magneto y a luz a carburo, con carrocería de madera y muy pesado. Manifestaba que generalmente se venía por la banquina del canal principal y allí lo iban a buscar en sulky o a caballo. José Segundo Sifuentes, que aún vive y trabajó como tomero, rememora que a causa de trabajar su padre en irrigación, en 1926 solicita la visita del doctor a su quinta hoy en la ciudad de Cinco Saltos calle Laprida al 650. Al llegar con su Isotta a su casa ingresa al patio para quedar bajo la sombra de un enorme sauce y al bajar se encuentra con un perro negro grande, que le ladra enérgicamente llamado "que te importa". El doctor le pregunta a José si era malo y éste previamente para tranquilizar al animal lo nombra con energía. El doctor interpreta que se dirigía a él y le contesta: "No te enojes por eso ". Hasta aquí, parte de nuestra historia. Francisco José Dehais
Bibliografía consultada:
Calí, Leonardo - El ingeniero César Andrés Cipolletti. Rotary Club Cipolletti 1993. Casamiquela, Osvaldo - El riego en la provincia de Río Negro. 1995. Cipolletti, César - Estudios de irrigación ríos Negro y Colorado. 1899. Dehais, Francisco José - Catriel antiguo y sus pobladores. 1999. Dehais, Francisco José - El viejo Cinco Saltos y sus familias. 2001. Dehais, Francisco José - Las colonias Lucinda y Fdez. Oro. 2008. Doleris, J. A. - Le Nil Argentin. 1912. Lange, Gunardo - Río Negro y sus afluentes. 1904. Rögind, William - historia del ferrocarril sud. 1937. Soldano, F. A. - Le barrage du Neuquén. 1919. Ballester, Rodolfo - El regadío y la vida de la población de Cipolletti. Rotary Club. 1953. Algo mas... Arturo Coleman el "Virrey de Bahia Blanca" (Ver: Haciendo memoria, sobre rieles) recuerda la inauguración de las obras del Dique: Se detiene un tren, para que se afeiten los pasajeros.
Referiré aquí una anécdota relacionada con el viaje del tren presidencial, que creo se publica por primera vez.
El Presidente de la República, Dr. Figueroa Alcorta, viajó con su comitiva en un tren especial, desde Buenos Aires hasta las márgenes del río Neuquén, habiéndose dispuesto que el tren parara en Bahía Blanca, a fin de cambiar locomotora y luego proseguir la marcha. Resultó que después de salir de la estación Cabildo a su debida hora, demoró excesivamente en llegar a la estación próxima, Adela Corti, lo que causó cierta ansiedad, la que aumentó cuando llegó a la estación un jinete, avisando al jefe de la misma, que había visto a lo lejos un tren de pasajeros detenido en mitad del campo. Temiendo que algo hubiera sucedido a la locomotora o a los coches del tren presidencial, se dispuso el envió de una locomotora con el máximo de precaución, con el objeto de investigar lo sucedido o prestar auxilio en caso necesario. En el momento que se disponía su salida de la estación Adela Corti, se vió que el tren se aproximaba a gran velocidad, siguiendo hasta Grünbein, donde el señor Ministro de Obras Públicas, doctor Ramos Mexía, que viajaba en el mismo tren, dispuso que este no llegase a Bahía Blanca, sino que cambiase la locomotora en el empalme Spurr. Por lo tanto, todos los arreglos anteriores fueron cancelados y el tren prosiguió viaje desde Spurr.
Como la prensa local había anunciado la llegada del tren presidencial a Bahía Blanca, para las diez, el ilustre general Arana concurrió a la estación con su Estado Mayor y banda de música, con el fin de saludar al señor Presidente y su comitiva, siendo también numeroso el público que se haba congregado en los andenes, a la espera de tan distinguidos pasajeros. Es fácil comprender la decepción que experimentaron todos.
Al inquirir las razones por las cuales el tren había estado detenido durante tanto tiempo entre Cabildo y Corti, se supo que el señor Ministro Don Ezequiel Ramos Mexía, lo había dispuesto así, para que los pasajeros tuvieran la comodidad de afeitarse con el tren parado...!
Discurso del Ministro Don Ezequiel Ramos Mexía, al iniciarse las obras.
Creo de interés reproducir el hermosísimo discurso que en el acto de la ceremonia de colocar la piedra fundamental de las obras de irrigación, pronunció el Ministro de Obras Públicas, que es como sigue:
"Iremos mañana a inaugurar los servicios de la primera sección de los ferrocarriles patagónicos, y estarnos hoy congregados en pleno desierto (textual en el original), para colocar la primera piedra de lo que será pronto el gran dique del Neuquén, destinado a regularizar el régimen hidráulico del Río Negro.
Vamos así cumpliendo las promesas de la ley de fomento de los territorios nacionales, que no resulta tan fantástica como lo afirmaron sus impugnadores, levantando uno por uno los monumentos quecelebran el glorioso Centenario de 1810 (textual) y colocando uno tras otro los jalones del camino que habremos recorrido al llegar al segundo ciclo secular, que mostrará mañana, porque el tiempo vuela para los pueblos, una de las naciones más poderosas y uno de los más rápidos avances que registren las crónicas de los progresos humanos.
Voy a contaros lo que aquí nos proponemos hacer, pero antes habréis de permitirme que al decirlo, para dar pergaminos de abolengo a las ideas que mueven nuestro brazo, os recuerde cosas muy viejas que han llegado a volverse nuevas con el andar de los tiempos.
La historia de la humanidad representa la más vibrante reacción del hombre sobre el hombre. Es su propia obra, y se vuelve su más sabio maestro, transmitiéndole sus enseñanzas al través de las edades como repercuten sus ecos misteriosos las quebradas majestuosas; que allá en el horizonte, sirven de marco a esta ceremonia sencilla y patriótica. No es que la historia se repita, según se ha dicho, sinó que como engendro fecundo y útil, retorna lo que ha recibido, mejorando con los aportes sedimentarios de innúmeras generaciones, preñadas de experiencias y de ejemplos.
Cuentan viejas inscripciones y pápiros que en los confines de la teología hebráica, unos 4.000 años antes de la aparición mesiánica, un pueblo sabio, y mil veces ilustre, grabó en páginas inmortales, resistentes al rigor sin piedad de tiempos muy largos, una lección soberana que nosotros vamos a utilizar ahora, como para mostrar una vez más que en el orden de la naturaleza han de ser siempre los muertos quienes confirmen y gobiernen a los vivos.
Ese pueblo enseñó al mundo a corregir la acción ciega de las leyes meteóricas con trabajos de técnica humana y supo resolver con admirable acierto un problema idéntico al que hoy nos toca a los argentinos, sesenta siglos después. Igual era el caso hidrográfico, y rodeado de circunstancias geológicas tan parecidas, que al compararlas pudiera acaso pensarse en un plagio ciclópeo de las caóticas construcciones del planeta.
Tal día como este, perdido en las brumas de las lejanas épocas que esto y evocando, debió de hallarse reunida como nosotros en este instante, una multitud abigarrada a orillas de un río generoso y legendario para celebrar, también ella, el principio de las más grandes obras de riego de que haya memoria en los tiempos antiguos, y sin rival en los modernos.
Eran los egipcios quienes presenciaban el suceso, y el gran río, amenazado en sus terribles arrogancias, el Nilo famoso, que hoy aporta abundante riqueza a donde antes llevara con frecuencia asoladores desastres.
El problema del Nilo era doble : Evitar las inundaciones de las crecidas excesivas y graduar una provisión continuada en las épocas de estiaje, para que no faltara el riego al pobre "flack" desvalido en la estación de sus doradas esperanzas. Lo resolvieron los egipcios de la duodécima dinastía bajo el reinado de Amenemhat, formando el gran lago Moeris, descripto por Heredoto, que lo visitó 450 años antes de Jesucristo. Cuatro siglos más tarde se ocupan también de él Diodoro de Sicilia y Estrabón, quien pone el asunto en estos términos sugerentes :
"Allí – dice, – por el hecho de su extensión y de su profundidad, el lago Moeris es capaz de recibir los excedentes del Nilo durante la crecida, impidiendo la inundación de las casas y jardines; cuando el río vuelve a bajar, el lago descarga sus aguas por un canal artificial destinándola a la irrigación."
Tan extenso y profundo era ese lago, que hasta fué el teatro de sangrientos combates navales librados entre egipcios y lebanos, y tan importante la posesión de las esclusas de Hawara, por donde volvía al Nilo su caudal, que su posesión alcanzada por los últimos, permitióles imponer a los faraones la legendaria escasez de la producción de Joseph.
Con el correr de los años, esas grandes obras han desaparecido y hoy la ciencia moderna no encuentra otro medio de aprovechar los elementos de riqueza que aun se desperdician corriendo estériles entre las márgenes del gigantesco río, que el de su captación en reserva, reconstruyendo el perdido mar interior sobre los valles del Wady Rayan, otrora cubiertos por sus ondas.
La lección del pasado se transmite así a los contemporáneos en el propio país en que actuaron los grandes maestros de la antigüedad, y es tan vasta la enseñanza, que rebosando el marco de sus repetidas aplicaciones, recorre el mundo moderno de la América para ofrecerla como modelo inmejorable a nuevas y no menos fecundas empresas.
El problema del Nilo era exactamente el problema del Río Negro que hoy tratamos de resolver. Aquí como allá, tenemos un coloso a dominar, para que no sean devastados los fértiles valles que recorre entre cerradas curvas, cubriéndolos con su caudal de 9.000 metros cúbicos por segundo unas veces, y para que no haga en otras perecer de sed a los valiosos cultivos de sus orillas, con disminuciones que llegan a la ínfima cifra de 250 metros cúbicos por segundo.
Ahogados o enjutos esos campos llenos de promesas, yermos quedarían si el régimen hidráulico del río no fuera también gobernado, como el otro, para reprimir sus excesos, ayudando sus temibles desfallecimientos. Aquí como allá, tenemos tierras sin valor, por falta de agua, que con ella llegarán a adquirirlo en cifras inverosímiles. Aquí como allá, habrán de cambiarse por la acción del hombre áridos arenales en vergeles paradisíacos, como hoy mismo podréis verificarlo.
El lago Moeris estuvo y estará encarado de recibir por un canal desviador los excedentes del Nilo en las épocas de crecida, exactamente como recibirá el lago Pellegrini los caudales inundantes del Neuquén, para devolverlos al río durante el verano. Ambos lagos tendrán una capacidad total de los mismos 5.000.000.000 de metros cúbicos, con igual rendimiento aprovechable de 2.000.000.000 de metros cúbicos.
Ved si hasta la similitud de las cifras no sugiere la idea que insinué al principio, de que a veces tengan las montañas y aún las conmociones sísmicas, debilidades que llevan a los hombres a ingenuas e inofensivas rapsodias.
El dique del Neuquén y el futuro túnel de salida del lago, combinados con el dique de Nahuel-Huapí que en breve comenzaremos a construir, tendrán la doble misión de representar la supuesta esclusa de Hawara y el gran "reservoir" de Assuan ; y cuando se hayan terminado los diques secundarios de los lagos Traful, Huechulauquen, Lolog y Aluminé, el Río Negro y sus afluentes el Neuquén y el Limay, quedarán como leones mansos, sometidos a la férula dominadora del ingenio humano, que nunca llena tanto su misión superior como cuando utiliza hasta los peligros y los males, para obtener positivos beneficios en favor de la colectividad.
Conseguido este primer resultado, cuya principal base eficiente será confiada al edificio que se asentará sobre la piedra angular que en este momento vamos a colocar, será la segunda parte del vasto plan, la excavación de los canales distribuidores, que llevarán el riego al millón de hectáreas susceptibles de ser fecundadas con las aguas de este gran sistema hidráulico.
Esas obras se encuentran en plena preparación confiadas a los eminentes ingenieros señores Severini y Cantutti, que han venido a realizar, perfeccionándolo, el pensamiento general del celebre y malogrado Cipolletti, cuya dolorosa pérdida lloran aún dos naciones íntimamente libadas : Italia y la República Argentina.
La irrigación del Río Neuquén deja hoy, señores, de ser una aspiración utópica, para convertirse en un hecho ya tangible e indudable que difícilmente podría interrumpirse.
El Gobierno tiene en el Banco el dinero para ejecutar las obras de regularización de los ríos, y la gran empresa del F. C. Sud, cuyos medios financieros son bien conocidos, ha contraído el compromiso de construir, sin ganancia alguna, las obras de distribución, recibiendo en pago los bonos de irrigación que emitirá el Poder Ejecutivo. Quedan, así, los trabajos comenzados que seguirán hasta su terminación, contratados todos los canales, matrices e hijuelas, con una compañía poderosa que es la primera interesada en su ejecución por los montos crecidos que la obra aportara en su tráfico.
Reunidos por esta circunstancia feliz, el interés pujante de la empresa del Ferro Carril Sud y los medios financieros que le sobran, como es notorio, el riego del Río Negro debe considerarse virtualmente ejecutado, sin que pueda haber fuerza alguna que detenga la marcha del progreso en esta privilegiada región de la república. Lo único que falta es que corra el tiempo y eso, desgraciadamente, no deja nunca de suceder.
Preparada la parte de tarea que corresponde al Gobierno, queda librada a los propietarios la realización del vasto pensamiento ; no sea que corra el agua fecunda por campos sin surcos, volviendo estéril al río de que salió. La distribución de la tierra que en el cultivo intensivo requiere importantes capitales para desboscar, nivelar, roturar y sembrar, debe ser lo primero que les preocupe; con tanta mayor razón cuando que resultará ruinoso para los terratenientes el pago de agua en terrenos baldíos, que obligatoriamente tendrán que efectuar, la usen o no, disposición que la ley ha tomado precisamente para evitar la actitud retrógrada de algún mal inspirado que creyera conveniente especular egoístamente con el sacrificio general.
Antes de terminar, que ya es tiempo, debo expresaros por que se ha dado el nombre de Pellegrini al lago que este dique habrá de formar. He pedido al Sr. Presidente ese nombre caro al corazón de los argentinos para el futuro mar interior, en recuerdo de que con su dedo profético me apuntó el gran estadista la iniciativa, que hoy comenzamos a realizar, cuando fué presentado al Congreso el proyecto primitivo de la ley de fomento. – "Agrégale la irrigación del río Negro. – me dijo, – y dedícale todos tus esfuerzos, que no habrá nada más grande que hacer en nuestro país."
Aquí está la obra ya planteada, la iniciativa agregada a la larga lista de sus fecundos y geniales pensamientos de Gobierno, y el lago Pellegrini por siempre bautizado, como un monumento imperecedero dedicado a su memoria.
Merced a los magnos trabajos que hoy inauguramos, estos parajes, hasta hace poco sujetos a las arteras depredaciones de los salvajes, pagarán en violenta transición de los aspectos ingratos de un desierto a las perspectivas de un florecimiento colosal de riqueza y de progreso. Se impone claramente ante mis ojos la visión de ese próximo porvenir, y si al contemplarlo, pudiera aislarme solitario en los dominios del ensueño, despojado del rígido ceremonial que me rodea y adelantarme al momento en que estoy viviendo, llevaríame una vez más la fantasía a imaginar en estos eriales una gran provincia, floreciente y cultísima ; cubiertos sus campos de millones de árboles cargados de toda clase de frutas, dividida la tierra en chacras reducidas, cultivadas intensa y científicamente, apagado el rumor sordo de los silencios campestres por el murmullo de centenares de turbinas hidroeléctricas, que engendrarán las fuerzas para las máquinas, el calor para hogares, la luz para los cerebros.
Ha de permitir todavía la fortuna que en día no lejano vuelvan aquí los actores de esta escena precursora, a contemplar el sublime espectáculo de un cuadro lleno de belleza y de poesía, y pueda uno de ellos decirle a su compañero :
"Mi querido Presidente: Hemos puesto un grano de arena para una gran obra de civilización. Sírvanos esta satisfacción de conciencia como una compensación de tantas amargas recibidas mientras estábamos en la tarea, y démonos el abrazo de las reciprocas congratulaciones."
Hasta aquí el bellísimo e inaugural discurso del ministro de Obras Públicas, señor Ramos Mexía, que todavía encierra el mismo interés de entonces.
Para que la similitud fuera completa, el ingeniero Garrow, trabajó en Egipto.
Como el Ferro Carril Sud, manifestó estar dispuesto a llevar a cabo la obra de riego proyectada entre Lago Pelligrini y estación Chinchinales, en el valle de los ríos Neuquén y Negro, en un todo de acuerdo con la ley 6.546, se celebró un contrato con el Ministerio de Obras Públicas, asegurando así la realización de una iniciativa de alta conveniencia nacional, por cuanto entregaría al cultivo una de las zonas de mejores tierras de la República, hasta entonces completamente improductivas.
Era pues, necesario a la empresa del Ferro Carril Sud, encontrar un ingeniero con amplios conocimientos en obras de irrigación, y con fecha 9 de marzo de 1910, fué contratado el ingeniero Roberto G. Garrow, que había construído importantes obras de irrigación en Egipto. Dicho técnico llegó al país en abril de 1911, haciéndose cargo inmediatamente de la construcción del canal.
Me confunden con mi padre...
El señor Ramos Mexía, que fué un funcionario dinámico y entusiasta propulsor de las obras de regadío en el valle del Río Negro, realizó durante el desempeño de su ministerio varias visitas al Alto Valle, teniendo el honor de acompañarlo en sus giras de aquel entonces. Retirado ya de la política y de la acción pública, veinte y tantos años después de haber colocado la piedra fundamental de la obra, expresó el deseo de hacer una recorrida por el Alto Valle, a fin de constatar el progreso alcanzado a raiz de la construcción del canal, por lo cual el gerente general del Ferro Carril Sud, don J. M. Eddy, lo invitó para que lo acompañase en uno de sus viajes de inspección par aquella zona, y a su paso por Bahía Blanca, al descender del tren, el señor Eddy, refiriéndose a mi, dijo al señor Ramos Mexía: – Le presentó al señor Coleman, mi representante en este distrito.
– ¡Ah! – dijo el señor Ramos Mexía, dirigiéndose a mí – Yo conocí mucho a su señor padre.
Extrañado, le pregunté donde se había encontrado con él, a lo que contestó que hacía muchos años, cuando se empezaban las obras de construcción del canal en el Alto Valle del Río Negro ; agregó que mi padre siempre lo acompañaba. No pude menos que sonreir por la equivocación del ex ministro, y después de agradecerle lo que reputaba un piropo, hube de explicarle que quién lo había acompañado en sus viajes, había sido yo y no mi padre, a quien el señor Ramos Mexía, jamás tuvo oportunidad de conocer.
Tierras áridas convertidas en vergeles.
Cuando los pobladores de la zona de riego comprendieron que la gran obra iba a culminar pronto en una hermosa realidad, se produjo un enorme acrecentamiento de actividades ; muchos terratenientes subdividieron sus grandes extensiones de campo, y una empresa adquirió las varias leguas que integraban las tierras incultas, conocidas por las "de La Picaza", entre Cipolletti y Contraalmirante Cordero, subdividiéndolas o vendiéndolas en lotes de cinco a diez hectáreas, las que se destinaron al cultivo intensivo. Ante tal incremento, el Ferro Carril Sud estableció en Cinco Saltos una chacra experimental de primer orden, dirigida por agrónomos y personal técnico competente, a fin de instruir gratuitamente y con criterio científico, a los fruticultores, sobre la elección de los árboles frutales que mas se adaptaba a la zona, los que fueron adquiridos en grandes cantidades y en las mejores variedades en el extranjero, por el Ferro Carril Sud y luego vendidos a los fruticultores a precio de costo, lo cual determinó la gran evolución operada en aquel paraje.
El funcionamiento de la Chacra Experimental de Cinco Saltos, fué autorizada por el Directorio del Ferro Carril Sud en Londres, en setiembre del año 1918. El fin perseguido con la creación de la moderna estación agronómica, era el promover el desarrollo científico de las tierras irrigadas en el valle, aprovechando los ensayos experiencias que realizarían los técnicos agrónomos de la estación.
El Directorio aprobó un gasto de 3.500 libras esterlinas para compra del terreno y preparación y funcionamiento, adquiriéndose 24 hectáreas en La Picaza, abonándose por ellas 6.000 pesos.
Fué designado director de la estación agronómica el ingeniero don Juan Barcia Trelles, contratado por un período de cinco años, el cual realizó una fructífera labor, que se reflejó en los métodos implantados por los fruticultores del valle y en las variedades de frutales que plantaron en sus tierras.
El primer presupuesto de la Chacra Experimental de Cinco Saltos, se elevó a la cantidad de 82.460 pesos, que incluía el valor de la tierra adquirida, las herramientas, semillas, edificios, animales de labor, etc.
Al entrar en regular producción de árboles plantados, cundió el temor de carecer de mercados donde colocar tanta fruta, por la falta de una distribución adecuada del producto. Nuevamente el Ferro Carril Sud, acudió en ayuda de los colonos, propiciando el establecimiento de una institución que asegurará la salida de toda la producción y su colonización, tanto en el mercado de consumo interno como en el extranjero.
Con esta recapitulación de hechos, he señalado los primordiales factores que contribuyeron a convertir una zona totalmente desértica, en emporio de riqueza y bienestar. Todos aquellos campos que fueron subdivididos convirtieron en montes de frutales de tan alta calidad, que es difícil que su producto seleccionado sea superado en ninguna parte.
El campo "de La Picaza", se convirtió en un vergel de producción densísima y es dudoso que actualmente exista una sola hectárea de esa fecunda tierra, improductiva.
Merecen, como un homenaje justiciero, ser recordados algunos de los propulsores del progreso del Alto Valle del Río Negro, que con sus sacrificios labraron las tierras vírgenes hasta obtener de ellas la lógica retribución de sus patrióticos y entusiastas esfuerzos. Entre ellos están los señores: Patricio y Miguel Piñeiro Sorondo; Augusto Mengelle, Marcial Muñoz, coronel Fernández Oro, Jorge Larrosa, González, Larrosa y Contreras, Scala, Luis J. Casterás, Dr. Doleris, Moll y Martínez, Belloni, Huergo y Canale, etc., y en Neuquén los hermanos Plottier, el doctor Agustín Battilana, el señor Linares y otros más.
Las Colonias "La Picaza" y "Lucinda", se componen de dos mil hectáreas entre Contraalmirante Cordero y Cipolletti, donde existe un ramal ferroviario desde el año 1910, que las atraviesa en toda su longitud de 35 kilómetros.
La guerra de 1914, hace fracasar un gran proyecto.
Además de su propiedad en la Colonia "Lucinda", el doctor Doleris formaba parte de un sindicato que poseía como dos mil hectáreas de tierras en la Colonia Roca y proyectaba la instalación de una gran industria azucarera, con capital francés. Se proponía obtener la fuerza motriz para las [fín de página 194] máquinas, utilizando los saltos de agua que existen escalonados en el gran canal, y llamó a dos de sus hijos para que se ocuparan del proyecto. Uno de ellos era agrónomo en el Canadá, y el otro llegó de Francia. Al estallar la guerra en el año 1914, ambos hijos regresaron a Francia, para cumplir sus obligaciones militares. Uno de ellos murió en Verdun, el 20 de mayo de 1915, y el otro al día siguiente en el mismo lugar. Ante la cruel desgracia, el doctor Doleris liquidó todos sus intereses en el Valle, después de haber sido un gran propulsor de la zona.
El doctor J. Amadeo Doleris, tan entusiasta colonizador del Valle del Río Negro, llegó a Bahía Blanca, el 8 de junio de 1910; acompañado por don Pedro Benegas, conocido industrial vitivinícola de Mendoza, y junta con ellos recorrimos el Alto Valle, explicándoles yo el desarrollo de las obras y las perspectivas que se esperaban del riego metódico y asegurado.
El doctor Doleris, era una verdadera personalidad, que había llegado a la Argentina como delegado al Congreso Científico Internacional celebrado en Buenos Aires, el mismo año 1910, en conmemoración del Centenario de la Independencia. En Francia ocupaba una posición destacada en los centros industriales, y tenía un moderno establecimiento en Lambaya, en los Pirineos. Era miembro de la Academia de Medicina de París, Comendador del Mérito Agrícola, Presidente de la Sociedad Vitivinícola de Francia, Caballero de la Legión de Honor y Diputado Nacional.
Su retiro del Alto Valle del Río Negro, significó una verdadera perdida para el progreso de la región, debido a los grandes proyectos que abrigaba, y que con su capacidad y energía, hubiera llevado a la práctica.
El escritor francés Jules Huret, en el Lago Pellegrini.
En esa época, citando la construcción del gran canal era una realidad, se desarrolló una activa propaganda y en ocasión en que el conocido escritor francés Jules Huret y su esposa, visitaban la Argentina, allá par el año 1909, fueron invitados a visitar la región de la proyectada bocatoma y el Lago Pellegrini, brindándoseles todas las facilidades imaginables.
Los visitantes arribaron a Bahía Blanca en un coche reservado, con el cual se formó un tren especial, siguiendo viaje de inmediato, acompañados por el ingeniero señor Jorge Delpech y por mí. En Cipolletti, el señor Luis J. Casteras, que se nos incorporó, facilitó los medios de transporte hasta el Lago Pellegrini, camino de siete leguas, sumamente ondulado por lomas y médanos, y tan pesado, que se emplearon unas seis horas para llegar a destino.
Ascendimos al punto culminante para dominar la vista panorámica del entonces supuesto Lago Pellegrini, y se explicó al señor Huret los detalles del amplio proyecto que se ejecutaba, señalando la depresión del terreno, una superficie de unas 28.000 hectáreas, que en el futuro sería convertida en recipiente o lago artificial, reteniendo las aguas del río Neuquén, en épocas de crecientes, disminuyendo así los peligros de inundaciones en el Valle del Río Negro.
Se le facilitaron al escritor los planos de las obras y se le dieron completos detalles del proyecto, a fin de que pudiera documentarse y escribir un libro o artículos periodísticos que pudieran atraer la atención en Europa, sobre las posibilidades que ofrecía a los agricultores el establecerse en el valle provisto de irrigación.
Por toda respuesta a nuestros esfuerzos, recibimos inequívocas muestras de fastidio y despreocupación, motivados por haber traído a los visitantes desde Buenos Aires y obligarles soportar las molestias del camino desde Cipolletti al lago, para mostrarles tan poca cosa, según su criterio.
Nuestros repetidos intentos de hacer comprender el escritor y a su señora, la importancia que para la Argentina encerraba el proyecto que se realizaba, resultaron completamente vanos y ante la defraudación de nuestras esperanzas, el ingeniero Delpech, manifestó francamente al escritor, que era preciso ser ingeniero para entender esas cosas. Posiblemente al señor Huret, no se le escapó la intención que encerraban las palabras del señor Delpech.
Ante semejante proceder, era fáciI comprender que poco o nada podía esperarse en apoyo, de las obras por conducto de los visitantes, tan mal dispuestos o influenciados por las molestias experimentadas, y resolvimos regresar sin visitar siquiera al pueblo de Neuquén.
De nuevo en Cipolletti, ocupamos los coches en el tren especial y emprendimos, decepcionados y algo malhumorados, el retorno a Bahía Blanca, con ordenes al personal del tren, para no detenerse en ninguna estación, salvo para tomar agua o por cruce de trenes.
Una senegalense cree encontrar sus paisanos en el Valle.
La primera parada, al regreso, fué Chelforó, donde tomo agua la locomotora y la siguiente etapa debía ser Choele Choel (hoy Darwin), pero con gran sorpresa nuestra, el tren se detuvo en Chimpay por disposición del jefe de la estación, quien nos preguntó si faltaba algún pasajero, agregando que en la plataforma de Chelforó, había una señora de "aspecto indígena", cuyo lenguaje nadie entendía. Se le contestó jocosamente, que el tren no llevaba personas de color. A lo menos así lo creíamos nosotros.
Como la señora de Huret que la conversación, no comprendía lo que decíamos, el ingeniero Delpech le explicó de qué se trataba. La señora indicó que debía ser su mucama, y efectivamente, al revisar el compartimento donde viajaba ésta, pudo comprobarse que faltaba. No tuvimos más remedio que regresar a Chelforó, distante 35 kilómetros, en busca de la criada de "aspecto indígena".
Ninguno de los viajeros del tren, exceptuando el señor Huret y su esposa, sabían que viajaba tan importante personaje, pues desde la salida de Bahía Blanca hasta el regreso a Chelforó, nadie la había visto.
La mucama explico a sus amos, que mientras la máquina tomaba agua en Chelforó, vió por la ventanilla de su compartimento, al otro lado del alambrado, al vigilante encargado del destacamento y su señora con unos chicos cerca de un rancho, y como tenían el mismo color que ella, creyó que serían paisanos, y sin decir nada a nadie, se bajó del tren y se encaminó al rancho para entablar conversación.
Puede imaginarse la sorpresa de todos ellos, cuando no pudieron entenderse a pesar del pigmento de la piel. La senegalense regresó defraudada a la estación e intento explicar al jefe, del mejor modo que se le ocurrió, de que era pasajera del tren que había partido.
Después de recoger a la mucama, se prosiguió el viaje, y al llegar a Darwin, los visitantes expresaron un gran deseo de conocer la isla de Choele Choel. Como nuestros ánimos no estaban para agasajos, se les contestó que eso podrían hacerlo algún otro día, ya que el objetivo, en ese momento, era Bahía Blanca, a fin de alcanzar el tren para Buenos Aires.
La prodigiosa transformación del Valle.
Pretender detallar los progresos de esa zona en su totalidad, exigiría muchos volúmenes; por lo tanto, me limitaré a reseñar, como ejemplo, la evolución experimentada por una de las poblaciones, para el caso, el pueblo de Allen.
Recuerdo bien las enormes dificultades que tuvieron que vencer los primeros pobladores de la región. La casa inicial levantada en Allen, fué la del señor Patricio Piñeiro Sorondo, allá por los años 1909 y 1910. No habiendo señales de vida en los alrededores, los materiales de construcción tenían que ser transportados desde la estación Río Negro (hoy Stefenelli), por caminos que eran apenas huellas. Para aliviar esa penosa travesía, hice detener los trenes de carga en las proximidades del sitio que hoy ocupa la [fín de página 199] estación Allen, abriendo los alambrados para entregar los materiales en pleno campo, evitando así el pesado y costoso acarreo, en una distancia de 25 kilómetros.
Ahora existe en Allen un floreciente pueblo, con diez mil habitantes, entre la zona rural y urbana. Posee autoridades municipales, policiales y judiciales, oficina de defensa agrícola, registro civil, sanidad vegetal, superintendencia de riego, servicios urbanos de alumbrado eléctrico, correo, telégrafo, estación de ferrocarril, hospital, teléfono, etc. Hay además, biblioteca pública, cinco colegios, iglesia, dos instituciones bancarias, trece sociedades deportivas, dos cinematógrafos, un teatro. Actúan en la población numero-- [fín de páginas 200 y 201]sos profesionales, médicos, farmacéuticos, escribanos. Desarrollan sus actividades, constructores, rematadores, 76 comerciantes de todos los ramos. Tiene funcionando 32 industrias, incluyendo ocho bodegas de vino y la importante fábrica de conservas de tomate y frutas, propiedad de los señores Félix Bagliani y Cía., que bien merece destacarse, porque la excelencia de sus productos es tal, que constituye un orgullo nacional. Proporciona ocupación a muchísimas personas, dando una idea de su capacidad de elaboración, el hecho de que se fabrican 220 toneladas de conservas de tomate por día, en plena cosecha. Además, como se ha dicho, esta firma industrializa inmensas cantidades de peras, duraznos, damascos, cerezas, ciruelas y fresas, que se cultivan en el Valle. También elabora excelente sidra, solo comparable con las más exquisitas importadas.
En agricultura, ganadería y productos de granja, existen en Allen 104 establecimientos y además 56 cultivadores de papas, con menos de 20 hectáreas cada uno; 85 fruticultores ; 64 horticultores ; 64 vinicultores y 5 tamberos.
Se explotan también canteras de mineral de yeso y alabastro, que producen diez mil toneladas de cal y yeso anualmente.
Los campos están avaluados de 500 a 800 pesos la hectárea, y la que comprende el pueblo y alrededores de Allen, está compuesta de unas ocho mil hectáreas.
Cuando se libro al servicio público la línea Neuquén, en el año 1899, solo había entre Choele Choel (ahora Darwin), y el río Neuquén, cinco estaciones de ferrocarril.
Actualmente existen 28, incluyendo las del ramal a Contraalmirante Cordero. Dos trenes mixtos por semana, excedían las necesidades del escaso trafico ; años después, entre trenes de pasajeros, carga, expresos de fruta y encomiendas, circulaban unos 20 trenes diarios, o sea alrededor de 150 semanales.
Irrigación con las aguas del Limay.
Cuando la línea férrea fué prolongada de Neuquén a Zapala, tampoco en ese trazado había perspectivas de producción en gran escala, debido a la aridez de las tierras, más allá de Senillosa, por la dificultad del riego, dado que la vía se aleja del río Limay.
Sin embargo, entre Neuquén y Senillosa; se construyó sobre el río Limay un canal de riego, con elevación mecánica del agua, bajo la dirección del ingeniero César Fattore, librándose al servicio público en el año 1910.Ocupaba la usina elevadora un amplio edificio y constaba de tres máquinas a vapor, de 100 HP. cada una, con bombas centrífugas que elevaban 800 litros de agua por segundo y por unidad.
La longitud del canal principal era de 15 kilómetros desde la usina que se llamaba "Puerto Valentina", colindante con la Colonia "Los Canales", del doctor Plottier, hasta el puente del Ferro Carril Sud, sobre el río Neuquén. Con la habilitación de este canal, se dió comienzo a la formación de colonias dentro del área irrigada, como asimismo al trazado de calles, plazas y boulevares en la misma capital del Neuquén.
Paulatinamente fueron cultitivándose las chacras de las Colonias "La Valentina", "Bouquet" y "Nueva España", servidas por dicho canal. Los señores Plottier, iniciaron a la vez, por su propia cuenta, la construcción de un canal, también con aguas del Limay, de siete kilómetros de recorrido, con capacidad de riego para 2.000 hectáreas, elevando el agua mecánicamente por medio de dos bombas extractoras, movidas por motores de 75 HP. cada una.
Posteriormente, el gobierno nacional construyó un canal por gravitación, con la bocatoma en las cercanías de Senillosa, el cual suplió de agua a los campos que primitivamente se irrigaban por medio de los dos canales ya mencionados.
Como consecuencia del riego, existen varias colonias y chacras en plena producción en las proximidades de la capital del Neuquén, tierras que en la agreste soledad inicial, se presentaban áridas y medanosas, ofreciendo el aspecto más ingrato que se pueda concebir.
Zapala, es la puerta de la Cordillera de los Andes.
Zapala ha progresado muchísimo y es al presente un centro de población de alguna importancia, al que converge hacienda bovina, ovina y frutos del país, provenientes de los valles andinos, como también mercaderías generales que recibe de Bahía Blanca y Buenos Aires.
Además, siendo Zapala punta de rieles de la línea Neuquén, es el sitio natural de convergencia para el mantenimiento de las fuerzas armadas de la región, estacionadas a lo largo de la Cordillera.
Inauguración de la línea entre Neuquén y Zapala.
El día primero de enero de 1914, en unión de mi esposa, partí de Bahía Blanca para Neuquén, a objeto de viajar el día siguiente, 2, en el primer tren de pasajeros que correría entre Neuquén y Zapala. Nunca, ni antes ni después, me ha sido dable experimentar, en el transcurso de escasas horas cambio tan pronunciado de temperatura, pasando de un calor asfixiante a un frío tan intenso.
Al llegar a la estación Chichinales, la temperatura dentro del coche especial en que viajaba, alcanzó en la tarde 41 grados centígrados, mientras que a la noche siguiente, en Zapala, marcaba dos grados bajo cero. En pleno verano, se tuvo que encender la estufa en el coche, mientras permanecimos en Zapala, teniendo que cambiar nuestras ropas de verano por otras abrigadas, sacando de los roperos cuantas frazadas poseíamos para poder dormir sin helarnos.
Tal variación en la temperatura, debía obedecer a una causa imprevista, a mitad del verano, y a poco se nos informó que ese mismo día se había desencadenado un violento temporal de nieve en la Cordillera de los Andes, como el viento soplaba del oeste, llegaba a Zapala expandiendo a su paso la bajísima ola de frío.
En Neuquén, se invitó a mi esposa a que diera la salida al tren inicial de pasajeros, y así lo hizo, guardando del hecho un grato recuerdo.
Régimen periódico de los deshielos en el Neuquén y el Limay.
Debido a la enorme capa de nieve que anualmente se acumula en la Cordillera de los Andes, los ríos Limay y Neuquén, sufren periódicas crecientes, dependiendo éstas de la cantidad de nieve caída que se derrita y de la lluvia que caiga simultáneamente en la cuenca que desagüa [sic] sobre los citados ríos, depresión que abarca unos mil kilómetros; longitudinales de la cadena andina. La mayor o menor intensidad de las inundaciones que puedan ocasionarse, depende, en primer lugar, de que la creciente de ambas co-[fín de páginas 210, 211, 212 y 213] rrientes de agua, sea coincidente lleguen a un mismo tiempo a encontrarse en la confluencia para formar el Río Negro.
Todo ascenso o descenso de las aguas del Río Limay, es informado telegráficamente, desde Paso Limay, y los movimientos del río Neuquén, desde el Paso del Indio. Como el caudal de este río tarda 36 horas en llegar desde Paso del Indio al Neuquén, y 70 horas demora desde Paso Limay a Neuquén, el río Limay, los habitantes de las tierras bajas del Valle del Río Negro, disponen de tiempo suficiente para ponerse a salvo, con sus haciendas y enseres, refugiándose en los terrenos altos, cuando se avecina una creciente peligrosa.
La altura máxima registrada por uno de los ríos que forman el Negro, es suficiente para determinar el crecimiento de este, pero sin provocar su desborde. La inundación se produce, indefectiblemente, cuando las dos furiosas avenidas desembocan simultáneamente en el Negro, pudiendo entonces ocasionar muy serios daños. Tal contingencia, ha disminuido enormemente desde la utilización del lago artificial Pellegrini, que retiene las crecientes del Neuquén y regula la salida del agua excedente.
La creciente más alta registrada en Paso del Indio, sobre el Neuquén, fue de 7.70 metros, mientras que el limite superior del Limay, fue de 7.05 metros y el inferior de 1.88 metros, datos que corresponden hasta el año 1944.
Los rieles al Neuquén, solo sirvieron a la paz.
A grandes pinceladas queda descrito el asombroso progreso alcanzado por la zona de influencia de la vía Neuquén, especialmente en la correspondiente al Valle del Río Negro, que ha llegado a ser la California de Sur América, como tuve ocasión de pronosticarlo en el año 1910, cuando la República Argentina cumplía su primer Centenario de Nación libre y soberana.
Es así, como una línea férrea, construída a través del desierto patagónico, únicamente por perentorias exigencias de índole militar y que llevaba en su génesis propósitos de destrucción y desolación, ha llegado a constituir en el andar de escasos años un vínculo de civilización y progreso, arrancando [fín de página 216] de las entrañas de esas tierras, otrora campo de acción del indio salvaje, la savia vivificante que, como obra de magia, ha hecho brotar pueblos, convirtiendo en inmensa colmena de trabajo y producción, lo que era un erial, y cuya sorprendente y rápida transformación en el gran emporio de riqueza que hoy se admira, muy pocos hubieran sospechado y aun muchos puesto en duda.
A pesar de su importancia, la obra estuvo a punto de malograrse.
Las obras de irrigación en el Valle del Río Negro, por diferentes razones, insumieron más capital que el primitivamente asignado, que era de ochocientas mil libras esterlinas.
En el año 1915, los fondos citados estaban a punto de agotarse, y las probabilidades de que fueran aumentados no eran muy satisfactorias, pues las obras, realizadas a tanta distancia de la capital federal, eran poco menos que desconocidas para muchos de los ministros y los legisladores nacionales, y la cantidad insumida de cierta consideración, lo que obligaba a proceder con suma discreción.
Los cinco años de continuo trabajo, habían dado fin a las 800.000 libras esterlinas, y en octubre de 1915 se calculaba que el saldo solo alcanzaría hasta enero de 1916, debiéndose en consecuencia, y a partir de dicha fecha, paralizar las obras de irrigación. Tal circunstancia significaba un verdadero desastre, porque quedando incompletas las redes de canales y el dique de contención en Contraalmirante Cordero, todo lo invertido carecería de una utilidad práctica.
El gerente general del Ferro Carril Sud, resolvió facilitar a los ministros e legisladores la observación directa de los importantes trabajos ya ejecutados y en vías de realización en el Valle del Río Negro, y preparó una excursión a dicha región.
La noche del 14 de octubre de 1915, partía de Plaza Constitución un tren especial formado con 62 ejes, o sea compuesto de: el coche oficial del gerente del Ferrocarril, un coche del Ministerio de Obras Públicas, dos coches restaurantes, once dormitorios y un furgón.
Viajaban en el tren, el Ministro de Obras Públicas, doctor Manuel Moyano, de Hacienda, doctor Francisco J Oliver y de Agricultura doctor Horacio Calderón. Integraban la comitiva ministerial, entre otras personalidades; los señores : Adolfo E. Davila, E. Weigel Muñoz, Alejandro Lértora. Alejandro Calvo, Diego F. Outes, Miles A. Pasman, Antonio C. Gandulfo, [fín de páginas 221, 222 y 223]Alberto Castaño, Alfredo Demarchi, Miguel Iturbe, Manuel Carranza, Honorio Segas, Jorge Mc Clean, Eleodoro Lobos, general Racedo, general Aguirre, Félix Amesto, Julio Pueyrredón, Eduardo Crespo, Guillermo G. White, Luis E. Zuberbuhler, Santiago O'Farrell, Raúl S. Zavalia, Horacio Bustos Morón, R. Lemos, Nicolás R. Calvo, Antonio Piaggio. A. Vilate hijo, Pedro Agote, Agustín Mercau, José Guerrico, Alfonso Durao, F. J. White, Angel Villa, Tomás Vera Barros, Arturo Peralta Ramos, J. M. Moss, Baldomero Sommer, Fernando D. Guerrico, Guillermo White, N. R. Fresco, R. de Candolle y un núcleo de periodistas.
En Grünbein me incorporé a la comitiva, acompañándola durante todo el viaje. El Ministro de Agricultura abandonó la gira en la misma estación, por algunos rozamientos tenidos, se decía, con su colega de Obras Públicas. El día 15 se visitó Puerto Militar y la ciudad de Bahía Blanca, y al siguiente, por la mañana, partía el tren especial para el Alto Valle del Río Negro, habiéndose unido a los viajeros el señor Enrique Julio, director del diario "La Nueva Provincia".
En pocas ocasiones ha sido posible reunir en una excursión de estudio y observación, como era aquella, a tan elevado número de personas representativas y dispuestas a encontrar la manera de impedir que una grandiosa iniciativa quedara malograda por falta de fondos.
El día 16 a las 8 de la mañana, el tren llegó, de acuerdo al horario establecido, a la estación Allen, donde esperaban a los viajeros, el gobernador del Neuquén, señor Eduardo Elordi y los señores Patricio Sorondo y Luis J. Casteras. Se ocuparon ocho automóviles ya preparados para visitar las distintas obras, y los ingenieros y asesores técnicos, con los planos a la vista, ilustraron a los ministros, llegando a mediodía a la estación Contraalmirante Cordero, después de un viaje de cuatro horas por caminos malos y polvorientos. Puedo afirmar, porque la realicé muchas veces, que aquella travesía nada tenía de placentera, aunque algunos periodistas de la comitiva, parecieron no darse cuenta, a juzgar por las elocuentes crónicas que escribieron sobre la visita.
En Contraalmirante Cordero esperaba el tren, almorzándose y visitando luego el dique en construcción, siguiendo otra vez viaje en los automóviles hasta Cipolletti, donde se llegó a las seis de la tarde, luego de conocer algunas de las chacras en formación y otras ya en cultivo. Una hora mas tarde, el tren partió para la capital del Neuquén, habiéndolo hecho detener en el puente ferroviario, para que los excursionistas pudieran admirar el esplendido paisaje y el caudaloso Neuquén.
Al día siguiente se inspeccionaron las obras de regadío en la margen izquierda del río Limay y la casa de bombas elevadoras de agua, en un paraje situado a unos quince kilómetros de Neuquén, llamado Puerto Valentina, según se ha dicho, y donde atracaban los vaporcitos del Ferro Ca- [fín de página 225]rril del Sud, "Limay" y "Neuquén", cuando navegaban por el río Limay.
Las citadas bombas elevadoras habían sido instaladas por el Gobierno Nacional, para facilitar riego a unas 3.000 hectáreas de tierra, comprendidas entre el río y la población de Neuquén, habiendo costado 400.000 pesos, pero tan fructífera idea no llegó a prosperar, malograda por la desenfrenada especulación privada. Las tierras, que se obtenían primitivamente a unos veinte pesos la hectárea, con la esperanza del riego fueron llevadas a seiscientos pesos, resultando de explotación antieconómica.
El viaje proyectado hasta punta de rieles, o sea Zapala, se tuvo que suprimir debido a la urgencia de regresar a la capital federal, visitándose en automóviles la zona de irrigación de Allen y Colonia Roca, servida entonces por el canal de la Cooperativa. En Roca se tomó el tren de regreso, arribando a Ingeniero White el día 18 a las 5.30 de la mañana. Luego de unos minutos de parada, siguió el convoy para Plaza Constitución, a donde llegó a las siete de la tarde. En total el recorrido efectuado abarcó unos 2.500 kilómetros, en tren y automóvil, y el programa se desarrollo en un todo de acuerdo con el plan preparado una semana antes, sin presentarse ningún inconveniente, con la excepción de la visita a Zapala.
El resultado esperado al proyectarse la visita, se logró por completo, porque ante la magnitud de los trabajos ya realizados, se comprendió la necesidad patriótica que existía de llevarlos a su fin, votando al objeto las sumas necesarias.
Productos de la línea al Neuquén.
Por más que la producción ganadera, mineral y frutícola del Alto Valle del Río Negro y del Territorio Nacional del Neuquén, eran importantísimas, muchísimas personas, en Bahía Blanca mismo, ignoraban sus verdaderos alcances y posibilidades.
En el mes de diciembre del año 1916, comprendí que una manera práctica de hacerla conocer, sería el instalar una especie de exposición permanente de los artículos naturales, materias primas y objetos manufacturados, procedentes de las explotaciones del Alto Valle y de la precordillera.
Al objeto hice construir una amplia vitrina para ser colocada a la vista del público, en el andén principal de la estación Bahía Blanca, a la que afluyen miles de pasajeros diariamente.
Solicité de los pobladores, industriales y fruticultores de la zona del Río Negro y Neuquén, que remitieran muestras de sus producciones y la afluencia de ejemplares que llegó a mi poder fué tan numerosa, que la exhibición tenía que renovarse periódicamente, siendo admirada por gran cantidad de público.
Fué tan grande el éxito logrado por esta sencilla exposición de minerales, frutas, miel, seda natural, vinos elaborados, fotografías, etc., que el jefe de tráfico de Plaza Constitución, me pidió una vitrina idéntica, que le hice remitir, y en la que también se exponían las producciones del Alto Valle del Río Negro.
En Bahía Blanca aún subsiste hoy, en 1948, dicha vitrina, y estoy persuadido que ella ha contribuido en gran manera a divulgar las bellezas y la riquezas que encierra aquella maravillosa región, a la que el agua convirtió en un paraíso.
Como se inicio la irrigación de tierras en el Alto Valle del Río Negro.
En el año 1912, cuando se estaban realizando las grandes obras de irrigación de las áridas tierras del Alto Valle del Río Negro, me correspondió informar sobre su desarrollo y del estado en que se encontraban varias iniciativas particulares, que, en una forma por demás limitada y fragmentaria, ya proveían de riego a reducidas extensiones de campo desmontado de su vegetación arbustiva, y medianamente nivelados.
El viejo canal "Roca", al que puede llamarse el canal "pioneer" del Valle del Río Negro, y que construyó Hilarión Furuque, en forma rudimentaria en 1882, tomaba su caudal del río Neuquén, a la altura de la estación Cipolletti del Ferro Carril Sud, y cegado casi totalmente por las inundaciones no podía abastecer de agua más que a una pequeña porción de tierra cultivable, pero al formarse una Sociedad Cooperativa, presidida por el señor Patricio Piñeiro Sorondo, la situación cambió, dándose un impulso notable a la irrigación proveniente del canal "Roca". La extensión del citado canal, llegó a ser de 55 kilómetros, pudiendo captar en la bocatoma la cantidad de 16.000 litros de agua por segundo. y para que el caudal no amenguara, una draga mantenía constantemente libre de arena y tierra el canal y la compuertas.
Años antes, en 1907, el canal "Roca" apenas si podía recibir más de 1.200 litros por segundo, aumentándose en 1908 a 2.400 y un año después a 3.200, hasta que con la creación de la Cooperativa, llegó a los 16.000 litros.
La arteria principal de la Cooperativa, alimentaba toda una red de canales subsidiarios, Así pudieron regarse 10.000 hectáreas, las que, paulatinamente, fueron limpiadas y niveladas. Con el riego se incrementaron las plantaciones de alfalfa y posteriormente de frutales.
Los campos naturales del Valle del Río Negro, es decir, cubiertos de piquillines, alpatacos, mata sebo, jarillas, y demás arbustos propios de la región semi desértica, habían carecido casi de todo valor, saltando con la posibilidad de riego, a cotizaciones alrededor de quinientos pesos la hectárea calculándose que el costo de desbrozar no alcanzaba a los cien pesos por hectárea.
En la misma fecha, el canal 'Lucinda', que también tomaba sus aguas del río Neuquén, en las proximidades de la estación Ferri, irrigaba los grandes establecimientos de los señores Casterás, Cordiviola, Fernández Oro, Dr. Díaz, Contreras y Cordero, y varios de menor extensión, hasta totalizar más de dos mil hectáreas.
Se formó una sociedad para cultivar 6.000 hectáreas de campo virgen, entre la estación Río Negro (hoy Stefanelli) y Cipolletti, debiendo construir por sus propios medios, una toma de agua en el Río Negro.
El ilustre escritor español, don Vicente Blasco Ibañez, que se propuso crear una colonia agrícola basada en el sistema valenciano de cultivo intensivo, para lo cual trajo de España numerosas familias de hortelanos de la vega de Valencia y Alicante, adquirió una superficie de 2.500 hectáreas de campo sin desmontar, de las cuales en el año 1912 ya habían sido debidamente preparadas y sembradas, 1.800, siendo regadas directamente por un canal provisto por el Río Negro. La colonia se ubicó en el Kilómetro 1134 (hoy estación Cervantes), sobre la línea al Neuquén, excavándose una red completa de acequias, a las que alimentaban dos poderosas bombas propias con capacidad de absorción de 500 litros por segundo cada una. Las esperanzas que el escritor Blasco Ibañez pusiera en su iniciativa, se vieron malogradas a la mitad de la jornada, aunque la obra realizada dió sus importantes frutos, pero ya en otras manos.
Todos los canales particulares y primitivos de los que hice mención, pasaron a ser subsidiarios o auxiliares del gran canal que construyó el Ferro Carril Sud, por cuenta del gobierno de la Nación y que estaban excavándose entonces. Su toma de agua, del río Neuquén se estableció a siete leguas al Nor Oeste de la estación Cipolletti, y el grandioso canal corre al borde de la alta planicie hasta la estación Chichinales, lado Norte de la vía del ferrocarril, con una longitud de cien kilómetros.
En 1912, la colosal obra del dique en Contraalmirante Cordero, estaba cerca de su conclusión, habiéndose terminado 35 kilómetros del canal principal. El ancho del mismo, en su comienzo es de 75 metros, hasta el desviadero, donde el caudal sobrante del río Neuquén, durante las crecientes, es enviado al zanjón que desagua en el Lago Pellegrini, conocido también como Cuenca Vidal. En aquel tiempo el futuro lago, completamente seco, no era más que un valle encajonado, en espera de su transformación en recipiente regulador del río Neuquén.
En las obras de irrigación y embalse, se emplearon numerosos ingenieros y unos mil doscientos obreros, utilizándose las maquinarias más eficientes.
Al despertarse el interés por el Alto Valle del Río Negro, particulares y corporaciones iniciaron trabajos de desmonte y nivelación, completados con la abertura de acequias. Por aquel entonces, a más de los ya nombrados, estaban habilitados o en construcción en la zona donde terminaba el gran canal, los siguientes conductos de agua: de los señores López Cabanillas, Carlos Tarelli y Drago, entre Chelforó y Chichinales ; del señor Pawly, en Chimpay; del doctor Jorge Lauri, señores Llausas, Murga y otros, con capacidad para regar 24. 000 hectáreas, y en Choele Choel, otro perteneciente al señor Sarasola.
Otros provectos de irrigación estaban en estudio y financiación, y se fraccionaron las grandes extensiones de campo, entre ellas la del doctor Zorrilla, entre General Roca y Chichinales, en donde, de primera intención, fué dividida en lotes de 100 hectáreas una superficie de 6.000 hectáreas, preparándose la subdivisión de otras 20.000, todas ellas fácilmente irrigables por el gran canal.
Por la misma época, el gobierno de la Nación, a unos nueve kilómetros al Oeste de Neuquén, había instalado tres bombas sobre el río Limay con una capacidad de 800 litros de agua cada una, por segundo, para alimentar los canales trazados con un largo total de 20 kilómetros, que servían a dos mil hectáreas bajo cultivo, en los campos de los señores : Casimiro Gómez, Viuda de Doclou, Buque Roldán y varios otros. Ocho kilómetros más afuera, sobre el mismo río, el doctor Plottier regaba otras dos mil hectáreas de su establecimiento, con acequias cuyo largo era de 7 kilómetros. Cuando escribo estas líneas, en el año 1948, no puedo menos de sentir [fín de página 236] me satisfecho por lo que escribí en 1912, al predecir : "No es exagerado presumir que dentro de pocos años, el Valle del Río Negro, desde Neuquén hasta Choele Choel, será una zona de gran producción de alfalfa, frutales, viña y otros productos, y tal vez la más importante de la República".
Fin de capítulo
No alcancé a leer todo, pero me alegré al ver que las fechas de la llegada del riego a las zonas aledañas a Chichinales , concuerdan con los relatos de mi abuela y madre..Ellas llegaron a la zona más o menos en 1920
Fijate Mavis que al final del texto hay datos de personas que trabajaron en la construcción. Saludos!
estoy tratando de ubicar a una persona que puede ser familiar, abuelo paterno quizás, trabajo hasta muy avanzado los años 60, me dijeron que fue tomero, incluso ocupo y yo conocí en mi niñez, una casa de las que están frente al canal y muy cerca del dique, su nombre puede ser Ramón Acuña o Pedro Herrera. Te agradecería me puedas orientar donde buscar, necesito sus datos de nacimiento y fallecimiento. Pensé en consultar en Juzgado de Centenario pero no tienen correo y por te. no creo sea posible. Gracias. MARIO
Mario la verdad no podemos ayudarte, disculpas. Te fijaste los nombres que salen en el texto? saludos!
El trabajo del Sr Dehais es simplemente fabuloso. No solo este libro sino muchos ha escrito este notable Señor al que le importaba la historia de la región como ninguno. Tal vez se fue sin el merecido reconocimiento que le debia toda la comunidad, pero dejó un legado para siempre, que es lo que El deseaba. Gracias por difundir este documento tan importante. Saludos.
Pablo, gracias por tu comentario y recuerdo de Dehais, saludos!
Mario la verdad no podemos ayudarte, disculpas. Pablo, gracias por tu comentario y recuerdo de Dehais, saludos!
Un tiro a la bandada después de muchos años. Si alguien lo lee, por favor reenviar a quien corresponda. Con fines genealógicos busco las fechas de nacimiento de los CUATRO hermanos DEHAIS ESCALANTE (Mabel, Raúl, Eduardo y Julio), muy probablemente nacidos en Catriel alrededor de 1950. Desde ya muy agradecido