Allen en sus albores por Luis Silenzi
Luis Silenzi escribió un par de libros sobre Allen, uno llamado "Allen en sus albores" en donde entrevista a Severo Quiroga, un antiguo poblador de Allen. Silenzi también escribió "Allen, relatos e historias", ambos textos son de los años 80' y presentan un panorama de lo que era nuestro pueblo a comienzos del siglo XX. Los sigueintes textos tiene agregados y/o correcciones obtenidos del testimonio de Gustavo Vega.
Luís Silenzi se refiere a Quiroga como “un hijo de aquellos hombres de coraje que por primera vez se allegaron a los alrededores de lo que es hoy nuestra ciudad”. Severo Ciriaco Quiroga, nacido el 8 de agosto de 1897 en la Chacra nº 80 ubicada a casi 3 km. de la ciudad, dice que su abuelo Roque Galarce vino junto a José Escales en una carreta tirada por bueyes. Salieron de Buenos Aires y recorrieron los caminos que habían recorrido durante la conquista, de la que formaron parte. Escales recuerda fue “un buen viajero, conocedor del campo y huellas, por ellas se desplazaba a Bahía Blanca o Buenos Aires en carretas tiradas por bueyes o mulas” para traer alimentos para la gente radicada en Roca y a la zona que mas tarde sería Allen. Severo Quiroga su flia. tenía una bodega junto a Huerta, la chacra 80 (esq. Ruta 65) en la que vivía fue rematada y los los desalojaron. Se fueron al lote n°7 hoy Macchi.
Los campos sembrados de alfalfa, trigo, maíz, cebada son el recuerdo que trae a su memoria la destreza de su padre y abuelo en el trabajo diario: “Mi madre molía muy bien el trigo y lo hacia sobre una piedra laja y otra redondeada y alargada como si fuera un palo, así tenía harina y ñaco suficiente para comer, a veces teníamos un plato de mazamorra que lo cocinaba y era muy rico”. Recuerda algunos otros pioneros como la familia Barrios y Ponce, este último era yerno de doña Vicenta Barrios quien era su madrina. Por aquellos tiempos el agua venia del “Canal de los Milicos” que nacía en Neuquén y pasaba por Allen, era una acequia, mas tarde fue un canalito y después fue el canal Roca. El canal fue construido entre 1884 y 1886 por iniciativa del General Enrique Godoy. El trazado y ejecución estuvo a cargo del sanjuanino Hilarión Furque. La obra se inició con trabajadores sanjuaninos y mendocinos, luego, a pedido de Godoy el presidente General Julio Roca autorizó la participación de presidiarios venidos de la cárcel de Viedma.
"Los ocupantes más antiguos de Río Negro, en medio de las dificultades legales para regularizar sus derechos y una política estatal que desatendía la colonización, enfrentaban día a día la falta de agua para sus cultivos. En 1883 se crea la Colonia General Roca que tenía más de 40.000 hectáreas. Pero el primer asentamiento fue militar, el Fortín Gral. Roca, creado en 1879. Inicialmente logró tener cierto atractivo para la colonización pues el ejército comenzó en 1882 la primera obra de riego: el llamado “canal de los milicos”. Este fue construido por peones sanjuaninos traídos por el constructor del canal, Hilarión Furque, y por presidiarios e indios sometidos junto a algunos colonos y soldados del lugar. Se inauguró 1885 y regaba 30.000 hectáreas. Sin embargo, el canal tenía muchas deficiencias en su construcción y problemas por los constantes desbordes del río Negro" (Del Libro del Centenario: Allen 1910 - 2010).
Según Quiroga una de las casa más antiguas fue la existente detrás de la iglesia vieja. En esa misma cuadra había otra casa muy vieja donde vivía Pascual Mirafiotti y flia., hoy esta la casa de Fasano. Según el recuerdo de Pablo Fasano, cuando las maquinas comenzaron a trabajar sobre el terreno para preparar el suelo para la construcción de la casa, encontraron gran cantidad de botellas muy antiguas, algunas de apenas iniciado el siglo XX. También el movimiento del terreno dejó aflorar otros "tesoros" como monedas, apreos de animales, etc.
Donde vive aún hoy la familia Boyé y Rosa de González había un bar, donde “se bebía y se usaban fierros” según recueda Severo. Fue famosa la fonda de chapas de Basilio y su hermano; los Alonso la tenían frente al mástil en la plazoleta y allí paraban los que llegaban, generalmente gente de condicion muy humilde. La fonda ya existía cuando se construyó el canal principal, Quiroga fue unos de los trabajadores, quien “llevaba tierra en las vagonetas que iban sobre rieles tiradas por caballos o mulares según los días, las cargaba una daga y la tierra era transportada hasta las acumulaciones ubicadas al costado del futuro canal”.
Severo recuerda que en la casa de Alfredo Haneck funcionó el primer correo. Si bien esto no sabemos si es exacto, Alfredo fue el encargado de la primera oficina de Correos y Telegrafos (1909), ubicada segun Mercedes Amieva en la chacra de P. Piñeiro Sorondo. En la esquina de Mitre y Velasco la casa de la familia Rodríguez, conocida como casa de piedra ya que en el frente se habían insertado piedra bocha en cantidad que le dio un aspecto particular hasta que en la década de los 90 fue remodelada. Manuel Rodríguez era de origen español, se radicó en San Juan, donde nacieron sus siete primeros hijos. Casado con Maria Nieves Redondo, llegó en 1907 para trabajar en los campos de Zorrilla. Solicitó el otorgamiento de hectáreas y recibió la quinta Nº 22, la escritura que lleva la firma del presidente Roque Sáez Peña. Tenía un gran sótano y fue construida por un francés que propuso utilizar ese material. Manuel Rodríguez se dedicó al cultivo de hortalizas, alfalfa y viña, de San Juan trajo podas y los primeros colmenares que hubo en el valle, los que cumplían la importante tarea en la polinización de los frutales. Murió en 1940, en homenaje a su esposa, el barrio se llama Maria Nieves y la calle que lo atraviesa, Manuel Rodríguez. Ver "La casa de piedra" El primero que trajo equipos para trillar trigo, alfalfa, cebada, avena fueron los hermanos Allende, Manuel y Julián. Tenían sus plantaciones en la manzana donde está la funeraria Diniello y “salían todos los años en la época de cosecha a la trilla, en los campos no había frutales… Uno de los Allende tiraba muy bien con el revolver y era tan buen tirador que el hermano solía tener un moneda en el pulgar y el índice y él a diez metros se la volaba de los dedos”. La anécdota de la época era que Allende le pedía al cocinero que no cocinara con la pipa en la boca pues podrían caer cenizas a la comida. Un día de los tantos en que el cocinero hacia su trabajo fue sorprendido por un disparo y la pipa voló de la boca hecha añicos. El cocinero enfadado, avanzó con el cuchillo en su mano, amenazante, pero pronto recordó que su adversario tiraba muy bien y prefirió darse vuelta y continuar su tarea.
Santiago Alonso fue uno de los primeros pobladores y Silenzi refiere que al morir dejo por escrito que lo debían sepultar con la cabeza en dirección al sur, así se hizo. Este peculiar poblador fue durante años el tenedor de libros de Gonzalo Carrero y la particularidad que recuerda Silenzi es que tal vez haya sido el único tenedor de libros que se sentaba en una silla frente a un escritorio ya que parece que la actividad por aquellos tiempos se realizaba en escritorios de patas altas sin sillas, por lo que quienes lo usaban siempre estaban de pié. En la calle Don Bosco se encuentra una de las primeras viviendas. Comprada por Patricio Piñeiro Sorondo en el año 1923, una casa “semiabandonada habitando en ella dos mujeres conocidas como la Marihuana y otra de nombre Filomena que luego se juntara con un Sr. Orquineri, todos muy viejos pobladores”. En torno a esta casona se han tejido innumerables leyendas de aparecidos que pueblan los recuerdos de algunos de nuestros viejos pobladores. Ver "La casa de Silenzi" Sobre la calle Sarmiento tenía su casa Gonzalo Carrero y hacia Avenida Libertad estaba su comercio, lugar donde se realizó en 1916 la primera reunión del Concejo Municipal. Ver: Actas Municipales 1916 - 1925 Para algunos memoriosos donde hoy es la casa y zapatería de Scarlata, estaba la casa de la familia López de Arcaute, con cielo raso y piso de madera, que fue habitada por el Ingeniero Richieri posteriormente. A continuación estaba lo que es hoy el Rotary, luego, como ya referimos, la “fonda de chapas” y el Hotel España. Ver aqui algunos datos y fotos del primer hotel allense y parada de viajeros y transeúntes, ya que tenía bar e incluso cine, uno de los primeros del pueblo.
En la esquina de la actual librería de Tito Morales funcionaba, en un local muy antiguo una peluquería. En Av. Roca y Juan B. Justo, por Don Bosco se encontraba la vivienda de la familia Cides. Según Silenzi en la esquina de JB Justo estaba la carnicería del “Turco” Asef Hadad (para otros estaba en Italia y Velasco) que era conocida con el nombre de “Tome y Traiga” por la transacción: tome la carne y traiga el dinero. Esta carnicería es reconocida como una de las primeras después de la fundación. Desde la calle Mitre hasta casi la calle Sarmiento vivían los Calvo. Miguel Calvo tenía una cantidad de mulares y caballos, chatas y carros con los que realizaba viajes a la costa del río Colorado para traer leña de matacebo para vender en el pueblo. Silenzi recuerda que era espectacular ver salir y llegar las caravanas que pasaban por las calles del pueblo; al frente iba un puntero montado a caballo quien “anunciaba con una trompa el paso de la troupe, le seguían las chatas y los carros tiradas por varios mulares en fila de cuatro, de cuyas anteojeras pendían flecos trenzados de varis colores, al final iba el carro aguatero, que llevaba agua para el consumo del personal y los animales, seguían a toda ésta caravana los mulares y caballos de refresco”. La salida duraba unos ocho o diez días; en el terreno aguardaban más animales ya que don Miguel tenía vacas lecheras con las que recorrían las calles y vendían leche recién ordeñada. Según Carlos "Cacho" Calvo su padre Silvio fue el primer lechero del pueblo y recorria con su hermana Malvina y una vaca, las distintas casas del pueblo donde ordeñaba y entregaba la leche directamente al comprador. En la esquina de Belgrano y Sáez Peña, frente a la actual escuela 222, Calvo tenía su vivienda, a la orilla del canalito que atravesaba la ciudad por lo que son hoy las calles Belgrano y San Martín. Seguramente fue una de las más antiguas de la localidad. Sin embargo, algunos dicen que la casa de la familia estaba en la calle Alem donde se corta con Dr. Velasco.
Ver: Los troperos
Por Belgrano y España existió una casona recordada como “conventillo” y en Alsina, hoy Belgrano y San Martín, estaba el canalito nombrado, con álamos a sus costados (Ver: Sobre el canal) y del lado norte había casas con quintas rodeadas con madreselvas o tamariscos. La panadería mas vieja fue la de Ramón Aenlle ubicada en el sector de chacras en la esquina de la ruta y el acceso Guemes. Cuenta uno de los nietos de Ramón que el abuelo venía conduciendo un Ford T y que al llegar a la curva de Quemes y Velasco choco con un ciclista. Por el susto perdieron el conocimiento y fueron llevados ambos al hospital. Después de recobrar el conocimiento y efectuarles los primeros auxilios, el medico les preguntó el nombre. Uno respondió “Ramón Aenlle” y el otro, “Ramón Aenlle”, el medico miró a la enfermera y dijo que era mejor internarlos, que no estaban bien todavía. Los accidentados le explicaron que eran parientes y tenían el mismo nombre y... fueron dados de alta. La panadería de Aenlle no era muy grande pero repartía en sulky por las chacras y parte del pueblo. Durante años los familiares tuvieron en su poder la "libreta de fiados" de 1916 a 1931, donde aparecían nombres de pobladores muy antiguos como: Pedro Canata, Primo Frati, Lopetelí, Gorri, Manuel Nieto. El repartidor a domicilio era Tomas Honrado. Mas tarde, en la esquina de la calle Mitre y San Martín, en frente de la funeraria Di Niello se abrió la panadería de Fernández. En la calle Alem, entre San Martín y Don Bosco estaba la panadería de Ramos “quien hacia el reparto en sulky con techo. Estaba en el terreno aledaño adonde hoy se encuentra la Fundación Quillahue, con piso de madera y un alto cielo raso. En el terreno de al lado se colocaba la leña para el horno y los caballos. Hacían galleta de campo, larga, como de 50 cm., pan de grasa, piches, cuernitos… Ramos vendió a De la Prieta, que continuó con la misma calidad del producto” (Gustavo Vega).
En Mitre y Alsina una panadería ocupaba casi ¼ de la manzana, fue proveedora no solo de la localidad sino además, de Fernández Oro. Mas tarde cerró y se transformó en conventillo, donde, entre vivían entre otras personas, prostitutas y marginales. La estructura que daba al canalito se transformó en galpón de empaque de frutas, el dueño era Di Meo, donde trabajaba gente del norte del país, se trabajaba el durazno y las cajas se preparaban con esmero “a los cajones se los llenaba de viruta de celofán de colores y lo cerraban con otro transparente, le pasaban el plumero y todo el trabajo se hacía a mano, yo trabajé de sellador, ponía sellos que indicaban la variedad de fruta y cantidad, tendría 15 años” . En España e Intendente Mariano había una escuela particular y su maestro era el abuelo de un electricista muy conocido de nuestra localidad: Tito Poma. En la calle San Martín entre Sarmiento y Leandro Alem estaba la casa de familia y taller de herrería de Domingo Sánchez quien junto a los hermanos Muñoz fueron de los primeros en ejercer la profesión. Juntos tuvieron un taller en la calle Don Bosco, esquina Aristóbulo del Valle.
Antonio Manfio también ejercía la herrería y realizaba trabajos de carpintería. Ubicado en la esquina de Roca y San Martín a escasos metros, en esa misma propiedad que después perteneció a Tonon, se ubicó la primera Iglesia, donde ofició misa el padre Carlos Frigerio autorizado por Alejandro Stefenelli, padre reconocido en la región y que tenia a su cargo la Escuela Agrícola Salesiana.
La escuela Nº 36 ocupaba casi un cuarto de manzana en la esquina de J. B. Justo y San Martín, allí se daba clase mañana y tarde. El edificio fue demolido y surgió la escuela Nº 23 pero antes de su demolición s transformó en un bar y comedor, atendido por Pomponio y mas tarde se instalo allí la fonda de Iglesias, quien alquilaba piezas donde durante muchos años habían servido de aulas para muchos pobladores de la localidad. Un hotel que marcó una época fue el Lisboa, su entrada principal, una galería larga que había que atravesar para llegar a la sala, era por la calle Tomas Orell (hoy tienda “Diente de Oro” y vivienda de la familia Zenker) a determinada hora se dividía el salón por medio de una cortina y proyectaba películas. Había un piano que estaba debajo de la pantalla y sonaba para las películas mudas. Este hotel junto al de Alonso fueron los primeros en “transformarse” en cines; el Lisboa abrió una entrada por Sarmiento y de dedicó finalmente a esa actividad. Durante muchos años se conservó gran parte de la estructura que fuera de la flia. Pires. Ver: Rosa Severini de Pires
“Quien te escribe está viviendo hace 34 años en la ciudad de Maracaibo, Venezuela, soy hija de Guillermo Pires (Cholo) y de Isabel Tarifa de Pires, sobrina de Rosita Pires, lamentablemente no tengo una foto del Cine pero voy a tratar de rastrear alguna. De todos modos, creo que tal vez se podría hacer una reconstrucción a través de la memoria de cada miembro de la familia que incluye además a Tito Morales el dueño de la librería El Valle pues su mamá era Pires. Me parece interesante destacar que el cine era también sala de teatro, había un lugar importante detrás de la pantalla para los artistas, de hecho se presentaban obras las cuales eran representaciones de novelas que la gente escuchaba por radio. Mi papá fue por algún tiempo el que pasaba las películas, no sé si luego lo hizo mi tío Pepe. Cuando se estrenaba una película nacional se usaba que el actor principal visitara la sala de cine y se presentara al público. Así fue que conocí a varios dobles de Luis Sandrini, no sé si él vino alguna vez pero sí sé que mi papá iba a visitarlo a Buenos Aires y asistió a la filmación de 'Cuando los Duendes Cazan Perdices'. Mi mamá lo acompañó alguna vez y siempre cuenta que su esposa era una maravilla de persona. Es increíble cuán accesible eran los famosos en ese entonces y qué atención tan personalizada le daban a sus clientes, a pesar de que Allen debió haber sido un mercado muy pequeño. También recuerdo que ellos revisaban las cintas de las películas y cortaban algunas partes no sé en verdad con qué criterio. Otra cosa que me encanta del cine ahora a la distancia, es que tenía dos halls de entrada uno más grande que se conectaba con el restaurante o sala de billar del hotel y otro más cerrado donde estaba el kiosco de caramelos que atendía mi prima Susana Pires de Navarro. La gente compraba la entrada (de eso se encargaba mi tío Alberto) pero no pasaba a la sala sino que se quedaba en el hall y allí socializaban hasta que mi tío Alberto le decía a Susana o a mi: decile a Pino que se toque la nariz. El señor Pino era un empleado que controlaba la entrada y ante esa señal tocaba un timbre con lo cual anunciaba el inicio de la primera película. Cuando terminaba la primera película mucha gente volvía al hall a fumar, charlar o comprar caramelos. No sé si tía te contó que en el intermedio mi tío Alberto tocaba una pianola y en otros tiempos acompañó a las películas mudas, mi papá contaba que mi tío era prácticamente un autodidacta en la materia. Mientras fui niña ya no tocaban la pianola sino que tenían un equipo de sonido y así recuerdo mayormente pasodobles españoles”. Correo enviado por María Pires en 2010.
Otra antigua construcción se ubicaba en esquina Roca y Brentana, perteneció a Sarno y antes a Pintado. Había un almacén que ya para 1938 estaba muy viejo y tenía una cancha de paleta cuyo frontón daba a la calle Brentana. Luego seguía el lote de Hayde de Trujillo, abuela de Marcelo Berbel, cuya casa dicen sirvió de inspiración para la “Polca del Rosedal”. En esa cuadra, por Belgrano, se encontraba la residencia de la familia Ducas y de Gancedo, que tenía una funeraria de la que se recuerda “el carro negro de madera adornado con bronce, cortinados con pompones, ruedas de madera gruesas rodeadas de hierro… el caballo negro, de largas crines, un animal enorme cuyas patas eran del tamaño de un plato, iba todo adornado con arneses de cuero negro y pompones en la cabeza. El conductor iba vestido de frac y de galera” . En la esquina de España y Belgrano había una casa donde funcionaba la telefónica, “sería allá por el año 1950, ya que era muy jovencito tramité mi primer teléfono, pues por tener venta de leña y transporte era necesario. El número era el 138. Este sistema funcionaba con una manivela que para llamar se la giraba hasta que la telefonista te atendía y te decía: ¿Numero, por favor?, le dabas el numero y te comunicaba, mientras hablabas en algún momento ella preguntaba -hablaron, hablaron… - y debíamos decirle:
- Estamos hablando, señorita- porque sino te cortaba. Trabajaban una o dos chicas que sentadas frente a un tablero lleno de chapitas esperaban a que al caer una de ellas introducir un cable con una punta como de lápiz para establecer la comunicación. Cada cable era un número. Era genial ver la maraña de cables y como sobrepasaba la situación a las pobres telefonistas que con auriculares un micrófono intentaban hacer su trabajo amontonando los cables hasta que los soltaban uno por uno, levantaban las chapitas y todo volvía a la normalidad y e podías comunicar nuevamente”. Otros datos: En el Barrio Los Sauces estaba la casa de Kopprio, sobre 3 escalones. El solar frente a la Esc. Industrial era de la flia Suarez; Ramona fue maestra y su esposo oficial de policia que puso el 1° surtidor de nafta en Orell y Sarmiento (tienda y casa de Colodner hoy). España flia Marauri, Secretario de Gobierno Mariani entre España y Alsina existió una imprenta que editó el 1° diario allense “El Regional”de Palacios. Ver El primer periódico de Allen En la casa de Bagliani vivia Cuenca, uno de los 1° pobladores. Ver La fabrica Bagliani España y Mariani vivió la flia Brizuela de Mendoza dedicada a la vid. España y Belgrano, casa de Aranda, sede del Club Eva Peron, fundado en 1952, fundador Felipe Hadad, cuyo campo de deporte llamado El Porvenir, entre Don Bosco, Sarmiento, Alem y Velazco, se une al Club Alem con campo de deportes entre Belgrano, España, Brentana y Senz Peña, luego se unen al que estaba entre San Martin, A. del valle, Don Bosco y Quesnel, club Juventud Progresista. Ver: CUAP Barrio Norte: la casa mas vieja es la de Mirabetti, en Escales frente al Club Alto Valle. Flia. Caravelli, esquina Pellegrini y Avellaneda Canale y Mesa, Chacra n° 80 de Roque Galarce (chacra Manzaneda y Benito Huerta) En Chacra Manzaneda funcionaba el unico negocio que abastecia a la Colonia, cerca de la Escuela 27 cuyo Director y maestro era Ramirez. Chacra Manzaneda 1° cancha de futbol y su equipo se llamaba “chacareros unidos” jugaba Juan Tarifa. Ver Juan Tarifa El Dr. Velazco vivia en Roca esquina Calle que lleva su nombre. La carniceria ubicada en Alem, sobre Don Bosco. La Plaza era cuidada por don Toño. Estacion de trenes fundada en 1908 y aprobada por Poder Ejecutivo Nacional 1909. La Propaladora (radio en las calles) Bodega Amadeo Bilo de 1913, “Alto Valle”; otras bodegas de Fernadez Carro, Fransico Fernandez, Basilio Garcia, Huerta y Harbin. Primer medio de comunicación a través del rio: balsa construída con sus propios medios por Francisco Rubio, ubicada en la prolongación del Acc. Quemes.
Severo recuerda a otros pobladores antiguos: Antonio Martinez, Antonio Sanchez, Francisco Martin (padre del jugador Paco) Martos, Fernandez, Nicolas Tarifa, Dr. Viscontti, Quiroga, Ramona Pastrana, Pozos, Echegaray, nietos de Escales, Galeano, Aquiles Lanfré, J. Marchan, M. Lucero, Cordiviola, Brevi, Colominas, Torruella, Tur, Rocchi, José Buscazzo, Deluiggi, Lorenzo Ramasco, Scagliotti, Bentata, Matus, Campetella, Jose Senra, Bruno Vidal, Catalan, Tomas Orell, Oreste Amaya, Emilio Freste, Mario Gadan, Doctores: Vicontti, Pelagatti, Pomina, Campora, Guarnieri, el administrador del Hospital Douglas Price, Velazco, Eildistein, Brevi, Paredez, Anzorena (mas tarde). Arcangelo el Lechero, Tula de Diazzi (Maestra e intendenta en 1960 fue sacada del cargo por el golpe de 1962 y la reemplazó Segundo Spinell) Ver: Una mujer en el poder
Sobre Ramona Pastrana:
“Mi abuela, Ramona Pastran me contaba que llegó muy pequeña con su papá Gerardo Pastrán y su mamá Adelina Montiel. Su familia era mendocina y proveían al ejército de animales; vinieron con el IV Regimiento a la región y sucedió lo que la abuela me contaba como una leyenda que la tenía como protagonista. En un trayecto de la expedición debieron escapar de los indios y el padre arrojó a mi abuela Ramona al jarillal, tal vez para salvarla si eran atrapados. Pero lograron escapar y volvieron a buscarla. El oficial estaba muy enojado y amonestó al soldado que la había tirado. Yo lamento no haber escuchado muchos de aquellos recuerdos”. Entre papeles con un árbol genealógico y dibujos que imaginan tiempos pasados, Eduardo también nos cuenta que su abuelo Roque recibió tierras por sus servicios en la campaña militar e integró las cuadrillas que hicieron los canales. (Eduardo Galarce, 2008)